Cuando han pasado casi tres décadas después de su muerte, todavía siguen saliendo a la luz informaciones relacionadas con la que ha sido la mujer más querida de la monarquía británica: Lady Di. En esta ocasión, se está hablando de una presunta adicción que, más allá de la aparición de Camilla Parker Bowles, habría sido el gran detonante de la ruptura entre Diana y el entonces príncipe Carlos.  

Durante años, la guerra entre Lady Di y el entonces príncipe Carlos tenía un común denominador: Camilla Parker Bowles. La hoy reina consorte fue señalada como la tercera en discordia, la responsable de destruir el cuento de hadas que cautivó al mundo. Pero, ahora, nuevas informaciones apuntan en otra dirección.  Al parecer, Camilla no sería la única culpable del final de la relación.

Carlos III y Lady Di
Carlos III y Lady Di

La adicción a lo esotérico acabó con la relación de Carlos y Lady Di

Según varias fuentes británicas, incluida una investigación del Daily Mail, Diana de Gales habría tenido una obsesión secreta que minó por completo su relación con Carlos: su dependencia del mundo esotérico. La princesa consultaba astrólogos, videntes, tarotistas y médiums casi a diario. Y lo que empezó como una simple curiosidad se convirtió, con el tiempo, en una adicción emocional.

En los últimos años de su matrimonio, Diana se apoyaba más en sus asesores espirituales que en su entorno personal o profesional. Sus decisiones, desde los actos públicos hasta sus movimientos privados, pasaban por una carta astral o por el consejo de una médium apodada 'la bruja de Fergie', también muy cercana a Sarah Ferguson. Incluso llegó a retrasar o cancelar reuniones importantes por esperar el dictamen de un vidente.

Este comportamiento generó profundo rechazo en la familia real, que nunca vio con buenos ojos ese tipo de prácticas. Carlos, especialmente, llegó a considerar que estas creencias eran un signo de desequilibrio y un obstáculo para mantener la imagen institucional que tanto cuidaba.

Lady Di y Príncipe Carlos/ Getty Images
Lady Di y el príncipe Carlos / Getty Images

La adicción derivó en obsesión

Pero para Diana, aquellos rituales y predicciones eran su única vía de escape. En palabras de su exsecretario personal, Patrick Jephson, la princesa vivía con un miedo constante: creía que podía ser víctima de un complot, que sus frenos serían saboteados o que estaba siendo espiada por los servicios secretos británicos.

Las predicciones más inquietantes que recibía hablaban incluso de que Carlos jamás llegaría al trono, o que sería reemplazado por el príncipe Andrés. Esas ideas, sumadas a su creciente aislamiento emocional, marcaron sus últimos años en palacio.

La entrevista de Diana en la BBC en 1995, donde pronunció la ya célebre frase “éramos tres en este matrimonio”, fue solo una parte de la historia. Lo que no se contó entonces fue que su búsqueda espiritual también jugó un papel decisivo en la ruptura final.