La realeza británica vuelve a acaparar titulares y esta vez no es por un escándalo familiar o un lujoso desfile. Kate Middleton, hasta hace pocos meses considerada la joya más brillante de ‘La Firma’, ha visto cómo su popularidad se desploma en la última encuesta de ‘YouGov’, un verdadero termómetro social que mide quién es quién en el afecto de los británicos. El golpe ha sido tan inesperado como sonoro: la princesa de Gales ha cedido el primer puesto… nada menos que a su propio marido, el príncipe Guillermo. El resultado ha caído como una bomba en los círculos más cercanos a la pareja real, especialmente porque hace apenas un año, en pleno tratamiento contra el cáncer, Kate había sido la figura más admirada y respaldada de la familia Windsor. El cambio en la cima deja claro que, en el tablero de la popularidad real, incluso las piezas más sólidas pueden tambalear.

El príncipe Guillermo le arrebata la corona de simpatía a su esposa

Según los datos publicados este mes de agosto, Guillermo de Gales se ha colocado en lo más alto del ranking, desplazando a su mujer por una diferencia mínima, pero suficiente para encender las alarmas en Kensington Palace. La imagen del heredero, reforzada por una agenda pública impecable y una presencia mediática calculada, parece haber calado en un pueblo que, cada vez más, percibe en él el rostro sólido y estable del futuro monarca.

Aunque Kate se mantiene en una meritoria segunda posición con un 71% de aprobación, su descenso representa más que una simple variación estadística; simboliza un giro significativo en la narrativa que el público construye alrededor de su figura. Y es que, durante más de una década, Kate ha sido vista como una de las royals más queridas y emblemáticas, gracias a su carisma y compromiso constante con sus deberes reales.

Sin embargo, esta pérdida del liderazgo en el ranking, superada ahora por su esposo, el Príncipe Guillermo con un 74% de favorabilidad, podría marcar el inicio de una nueva etapa en la percepción nacional. Se instala la idea de una princesa que, por primera vez en mucho tiempo, deja de encabezar el afecto popular, en un momento en el que la familia real enfrenta un panorama mediático y social cada vez más complejo y exigente.

El ranking real deja claros ganadores y perdedores

En tercera posición, la Princesa Ana demuestra que la discreción también suma puntos. Con un sólido 70% de apoyo, la hermana del Rey Carlos III sigue cosechando respeto gracias a su inquebrantable compromiso con la agenda oficial y su papel de “mano derecha” silenciosa del monarca. Fuera del podio, el panorama es más inestable. El Rey Carlos experimenta un descenso de cuatro puntos, quedando con un 59% de aceptación, mientras que la Reina Camilla logra un tímido repunte hasta el 43%, aunque aun lejos de conquistar al gran público.

Entre ellos, figuras como Eduardo y Sophie de Wessex siguen ganando terreno gracias a un perfil bajo pero firmemente comprometido con la Corona. En la parte baja del ranking, las sorpresas son escasas. El Príncipe Harry apenas obtiene un 28% de valoraciones positivas, mientras que Meghan Markle se hunde hasta un preocupante 20 %. El peor evaluado, una vez más, es el Príncipe Andrés, cuya imagen continúa marcada por los escándalos pasados y un exiguo 5% de aprobación.