Juan Urdangarin vuelve a estar en el centro de atención, pero no por elección propia. El hijo mayor de la infanta Cristina atraviesa una nueva etapa complicada. Y esta vez, la preocupación ha alcanzado a toda la familia.
Desde hace años, Juan vive en Londres. Allí intentó reconstruir su vida. Quiso desaparecer del foco, lejos del peso del apellido Urdangarin, marcado para siempre por el caso Nóos. Sin embargo, los fantasmas del pasado no se fueron. Solo se escondieron.
Durante su adolescencia, el acoso fue constante. Lo sufrió en Barcelona, cuando aún estudiaba allí. Insultos, burlas, aislamiento. Tanto que tuvo que abandonar el colegio. Luego vino Suiza, un intento de empezar de cero. Más tarde, Estados Unidos. Y finalmente, la capital británica.
Juan Urdangarin se aparta del ojo público
Pero en todo este tiempo, Juan ha vivido con una única estrategia: desaparecer. Eligió un camino de introspección. Silencio, fe, y largos retiros. Pasaba semanas en conventos, sin móvil, sin contacto con nadie. Desconectado de todo. Ni redes sociales, ni amigos, ni familia cercana. Un estilo de vida que parecía protegerlo. Pero esa fórmula se ha roto.
Su equipo de psicólogos, con el que mantiene contacto desde sus años en Suiza, ha emitido un aviso claro: su estado mental es preocupante. Los expertos detectan desconexión emocional, pérdida de motivación y una sensación persistente de aislamiento. Vivir solo en Londres, alejado de su entorno, le está pasando factura.Además, ha vuelto a tener tensiones con su compañero y vuelve a estar en momentos bajos.
Pablo, Miguel e Irene, muy pendientes de su hermano Juan
Sus hermanos, Pablo, Miguel e Irene, están al tanto. Se han mostrado dispuestos a acompañarlo durante parte del verano. Especialmente Pablo, que mantiene un vínculo más cercano con él. Juan necesita apoyo. Y los suyos parecen dispuestos a ofrecérselo.
Ante esto, han recomendado una pausa urgente. Un cambio de aires. Un regreso parcial a su entorno familiar. No definitivo, pero sí necesario. El pasado verano, Juan ya acudió a Zarzuela tras una fuerte discusión con su compañero. Pero a finales del periodo estival no se le permitió quedarse más tiempo. La reina Letizia fue clara con los límites. Pero ahora, la infanta Cristina ha vuelto a pedir ayuda.
Quiere que su hijo mayor pase unas semanas en Madrid. Felipe VI ya ha sido informado. Y aunque la relación con Cristina sigue siendo distante, la salud de Juan está por encima de cualquier disputa institucional. Zarzuela, una vez más, podría convertirse en refugio. Aunque sea temporal y no todos estén de acuerdo. Aunque no es la única opción que se baraja. También se está valorando una escapada a Cerdeña, un destino donde Juan encontró algo de calma en el pasado.