Juan Carlos I no quiere hacer daño a Felipe VI ni a sus nietas, ni tan siquiera a la corona, a Letizia tal vez sí. El emérito nunca ha aceptado a la plebeya en la institución. Quería que su hijo se casase con alguien de la realeza, aunque tal vez es porque se lo hicieron a él y la monarca le recordaría mucho a Olghina de Robilant, quien también era plebeya y escritora. Juan de Borbón se encargó personalmente de acabar con ese amor. El exmonarca culpa a la mujer de su hijo de todos sus males, es su enemiga. Cree que ella ha sido quien ha expulsado a toda la familia y que por su culpa permanece en el exilio desde hace cinco años, sabe como manipular a Felipe VI.
El emérito es quien escogió Abu Dabi como residencia oficial mientras duraba el exilio, aunque no sabía que sería tan largo, pensó que el rey le perdonaría en alguna ocasión, pero parece que instalarse de nuevo en Zarzuela o en Madrid es algo totalmente impensable. Ni por su edad ni por sus problemas de salud.
Juan Carlos I se ha hartado de vivir en el exilio, por ello se ha atrevido a desafiar a su propio hijo. El exmonarca demandó a Miguel Ángel Revilla por vulnerar su honor en su último libro sin ponerle en sobreaviso, Casa Real se desvinculó por completo. Y es que este movimiento sorprendente, hasta para el político, no fue más que una estrategia para conseguir su objetivo. El marido de la reina Sofía quería trasladarse más cerca de España debido a la situación actual. Finalmente se decidió que viviese en Portugal. Ha alquilado una mansión en la zona de Cascais, Lisboa.
Juan Carlos I quiere destrozar a Letizia en sus memorias
Pero hay una condición. Juan Carlos I tiene que cesar sus memorias. El emérito quería explicar la verdadera historia de su reinado y del final que todo el mundo conoce. Dio su testigo a una periodista francesa que ya las habría finalizado y estarían preparadas para su publicación. Sin embargo en ninguna de las fechas se han hecho oficiales, ni en enero, ni en junio. La próxima fecha es noviembre, pero parece que tampoco se publicarán.
En esas páginas podría esconderse información que dañaría a Felipe VI y a Letizia. El emérito puede hundir a la actual reina cuando quiera si no fuese por su miedo de hacer daño a su hijo y a sus nietas. Tienen en su poder fotografías que corroborarían que la reina es republicana, así como el resto de su familia.
Según Isidre Cunill, Letizia era una persona “republicana y de izquierdas”. Siempre ha sido una mujer muy reivindicativa que ha luchado por sus derechos. Existe una imagen donde ella está envuelta en una bandera tricolor de la II República.
