Juan Carlos I prepara un nuevo cambio en su vida. El rey emérito, que en los últimos años ha residido entre Emiratos Árabes, Galicia y Portugal, ha decidido poner rumbo a Estados Unidos. Si nada cambia, a partir de septiembre se trasladará a Nueva York durante algunas semanas.
La noticia la ha confirmado su amigo de siempre, Pedro Campos, en declaraciones recogidas por Vanitatis. El plan no es improvisado. Desde hace meses, el ex monarca baraja la posibilidad de pasar una temporada más larga en América. Allí, además de seguir de cerca el mundo de la vela, podría disfrutar de un perfil más discreto que en Europa.

Juan Carlos I se traslada a Nueva York en septiembre
Actualmente, Juan Carlos vive en Cascáis, Portugal. Ocupa una casa de alquiler adaptada a sus problemas de movilidad. Llegó tras su última visita a Sanxenxo, el pasado 12 de julio, cuando participó en la regata Hotel Carlos I Trofeo Xacobeo, en la categoría 6M. Desde entonces, descansa en la costa lusa, donde recibe visitas de amigos y prepara su viaje.
A sus 87 años, su salud es frágil. Las secuelas de la caída en Botsuana y las sucesivas operaciones han reducido su movilidad. Fuentes cercanas aseguran que su deterioro no es solo físico. También habría comenzado a mostrar problemas cognitivos: confusiones de nombres, olvidos de lugares y anécdotas. Incluso se ha llegado a afirmar que Casa Real supervisa algunas de sus llamadas telefónicas para evitar declaraciones inoportunas.

Pese a todo, el mar sigue siendo su gran motivación. La navegación es, para él, casi una necesidad vital. Y Nueva York será el escenario perfecto para una nueva cita con el equipo español de 6M. Entre el 21 y el 28 de septiembre, la ciudad acogerá la Copa del Mundo de vela.
Los problemas de movilidad no merman su pasión por la vela
Según Pedro Campos, la presencia del rey está asegurada. “Lo importante es apoyar y, si me encuentro en perfectas condiciones, participaré”, habría dicho el emérito. Su estado físico marcará si sube o no a bordo, pero la decisión de viajar está tomada. “Quien me gana en espíritu y aguante es el Rey. Ojalá sigamos en la misma línea y volvamos a ganar”, añade Campos.
El carácter del ex monarca en la competición es bien conocido por sus compañeros. Perfeccionista, autocrítico y exigente. No duda en señalar un fallo o proponer mejoras. “Esto lo tendría que haber hecho así” o “habría que haber virado más rápido” son frases habituales a bordo.
Si todo sigue el plan previsto, en septiembre el rey emérito dejará atrás Cascáis para instalarse en Nueva York. Un nuevo capítulo para quien, a pesar de las limitaciones físicas, se resiste a abandonar su pasión por el mar.