Juan Carlos I decidió dar un golpe sobre la mesa hace unas semanas. Siempre se la ha pedido que se mantenga alejado del foco mediático, pero al ver que no consigue ningún cambio ni beneficio ha decidido contraatacar. El emérito ha hecho saber a sus más íntimos que se siente muy solo en Abu Dabi. Su deseo es volver a España porque no quiere morir solo como si fuese un perdedor, un rey derrotado y olvidado. Ha hecho un movimiento para que todos se acuerden de él, incluso su propio hijo. Creen que le han quitado todo el poder, pero todavía puede hacer mucho daño.

Juan Carlos y Felipe

En agosto de 2020 Felipe VI se vio en la obligación de exiliar a su padre, la mayor humillación que sufrió, pero era un castigo debido a todas las polémicas que le han rodeado en la última década. La corona no podía volverse a poner en el punto de mira. Fue una forma drástica de cortar con el problema de raíz. Sin embargo, ha vuelto a entorpecer su reinado. Juan Carlos I nunca haría daño a su hijo, pero es un daño colateral.

La venganza de Juan Carlos I, se toma la venganza por su mano 

El marido de la reina Sofía ha decidido tomarse la justicia por su mano y ha empezado a interponer demandas. La primera de todas a Miguel Ángel Revilla. Una de las que más sorprendió ya que el político no había dicho nada que no se supiese ya de él. El cántabro cuenta con muchos apoyos y esto ha puesto en jaque al emérito que no le ha quedado más remedio que verse en la obligación de demandar a Corinna Larsen. Pero además, asegura que publicará sus memorias el próximo mes de junio con la editorial Planeta. Un libro que ya está escrito y en el que hay mucho miedo por lo que pueda contar. En principio es solo su historia, para dejar huella de su importancia en la corona y en la evolución de España.

Casa Real no era conocedora de ninguno de los movimientos de Juan Carlos I, y lógicamente Felipe VI se enfadó con su padre castigándole sin volver a España. Si ya era complicado que se instalase en su país, ahora es algo imposible. Padre e hijo han roto todas sus relaciones y en estos momentos su relación está herida de muerte. Para Felipe VI ahora mismo la corona está por encima de su progenitor. Llevan dos semanas sin dirigirse la palabra. El monarca se ha cansado de llamar al teléfono del emérito y que éste no le coja el teléfono como si fuese una pataleta de un niño pequeño.

Uno de los motivos por los que Juan Carlos I podría haber actuado de esta forma habrían sido sus último resultados médicos. Tiene fuertes dolores que le hacen la vida imposible, ya no puede moverse como antes y se está convirtiendo en una persona dependiente, algo que nunca quiso que llegase. Además, deberá usar silla de ruedas para siempre hasta el fin de sus días, su peor pesadilla.

Miguel Ángel Revilla y Juan Carlos I