Juan Carlos I ya no es el hombre fuerte que gobernó España durante décadas. Hoy, su cuerpo frágil y su salud delicada lo mantienen lejos del foco. Pero no del todo. El emérito quiere seguir presente. Aunque sea desde la distancia.
En las últimas semanas ha estado en Portugal, concretamente en Cascais, una zona tranquila y discreta. A tan solo una hora de Madrid. No es casualidad. Ya no vive en Abu Dabi, al menos no de forma permanente. Lleva más de dos meses sin regresar a los Emiratos.

Juan Carlos I, revisiones médicas constantes
Mientras tanto, Juan Carlos sigue lidiando con sus problemas de salud. En primavera incluso se sometió a una revisión profunda como parte del protocolo de sus cuidados. Fue en Suiza. Allí pasó por una intervención médica menor. No era grave, pero sí necesaria. Según Informalia, ha sido para cambiar las pilas de su marcapasos. Una operación rutinaria, pero que revelaba algo más profundo: su dependencia tecnológica para seguir adelante. También se habló de audífonos, quizás más de uno..
En Galicia, donde participó recientemente en unas regatas, algunos conocidos bromeaban: "Ha ido a cambiarse las pilas". Pero no todo es broma. Su entorno confirma que, pese a los achaques, Juan Carlos quiere seguir activo.
Su hija, la infanta Elena, ha sido clave. Le ha acompañado, le ha ayudado a buscar casa, incluso le ha ofrecido la suya. Reformada y pensada para su movilidad. Sin embargo, el regreso a España no es posible.

Más roces con Felipe VI
Felipe VI lo ha dejado claro. Solo hay dos escenarios en los que permitiría el retorno definitivo de su padre: una enfermedad terminal o una intervención de urgencia. Y, de momento, ninguna de las dos se ha dado.
Aun así, el rey emérito no se rinde. Su reciente demanda contra Miguel Ángel Revilla fue, en parte, un movimiento para volver al foco público. Un intento por demostrar que sigue aquí. Que aún tiene voz. Pero el efecto ha sido contrario. Ha molestado a Felipe. Ha tensado más las cosas. Ahora el monarca espera que Juan Carlos dé marcha atrás. Solo entonces se planteará limar asperezas.