"Menos mal que nos queda Portugal" es una frase popular que ya no podrá decir Juan Carlos. El rey emérito navega en la tormenta perfecta: Corinna habla, Felipe hace ver que lo abandona, el coronavirus lo asedia y la prensa destapa cada día un nuevo caso de corrupción que le afecta. Ahora maletines de millones en efectivo de aeropuerto en aeropuerto evadidos por el padre de Felipe VI. No muchos diarios ni revistas osan ponerlo a toda portada. Quien se ha atrevido es el suplemento del diario portugués Expreso.

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Expreso

Uno foto presidencial del rey cuando era joven y jefe de Estado y un titular que lo dice todo: "Juan Carlos, ascensión y caída". El texto explica que "La transición del régimen dictatorial franquista a la democracia le garantizó un lugar en la historia. Pero en los últimos años, sus amantes y negocios sospechosos han dejado al monarca español aislado de su familia y sus súbditos. La familia real española tiene que agradecer a la pandemia de coronavirus el manto de silencio que cubre, por el momento, la crisis más grave".

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Pilar Eyre, la cronista catalana que mejor conoce al monarca emérito destaca para En Blau: "A don Juan Carlos le habrá dolido mucho esta traicion del que él considera que es su segundo país. No esperaba esta reacción de sus amigos portugueses. Ellos vivieron cuarenta años en Portugal. Le tiene que haber hecho mucho daño. Lo ponen a parir y hace cuatro días era un Dios en Portugal". Siempre directa y sin pelos en la lengua, enorme Pilar Eyre. El artículo está lleno de lugares comunes y no destapa nada nuevo más que la gran novedad: el desprecio que también provoca la figura de Juan Carlos en el otro país ibérico.

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"La inviolabilidad legal de la figura del rey en el momento en que se cometieron estos hechos ha salvado hasta ahora al monarca, pero esta situación no continuará para siempre. La oficina del fiscal y el Parlamento acabarán por investigar la conducta del monarca ahora repudiado por su hijo". Portugal, un país menos donde exiliarse. Por eso Juan Carlos piensa en la República Domincana. Las playas del Caribe están llenas de mafiosos huídos.