Juan Carlos I plantó cara a Felipe y a Letizia. Aunque no pueden hacer absolutamente nada, ya que no pesa ningún cargo sobre él, los reyes no ven con buenos ojos las visitas del emérito a España. La herida de la ciudadanía todavía no ha cicatrizado y no quieren que vuelva a poner en jaque a la corona después de todos los esfuerzos por salvarla. Parece que eso al exmonarca le da igual, no obstante, tampoco quiere perjudicar el reinado de su hijo y ha optado por la discreción, a diferencia del escándalo del año anterior.

El emérito disfrutó un año más de las regatas de Sanxenxo. Sin embargo, eso solo era una cortina de humo. Las verdaderas intenciones del exmonarca son otras bien distintas. Juan Carlos I tiene intención de “arreglar papeles”. Necesita vender varias propiedades en Barcelona y Galicia que se encuentran a nombres de terceras personas para solucionar la herencia a la infanta Elena y a la infanta Cristina, sus únicas herederas tras la renuncia de Felipe VI. Éstas recibirán unos 2 mil millones de euros, aunque el marido de Sofía quiere que solo hereden dinero para evitarles problemas.

Juan Carlos en el coche efe
Juan Carlos en el coche efe

Sin embargo, el viaje de Juan Carlos va a dar para mucho más. Después de su estancia en Pontevedra, el emérito ha pasado unos días en Vitoria. Curiosamente donde vive su todavía yerno, Iñaki Urdangarin. El marido de Sofía está ayudando todo lo posible a la infanta Cristina con su divorcio. Es quien le ha recomendado que ceda en todas las peticiones del exduque de Palma para garantizar su silencio. Ha negociado con el entorno de Iñaki Urdangarin detalles del divorcio.

Disfrutó de las regatas en Pontevedra, visitó a Carlos III en Londres, disfrutó del Real Madrid en Chelsea, y en Vitoria se visitó por varios médicos. Sin embargo, son solo tapaderas. En su agenda privada figuran unas reuniones para tratar asuntos económicos en todos los casos.

Urdangarin y Juan Carlos
Urdangarin y Juan Carlos

El verdadero motivo de los viajes de Juan Carlos I 

"A Galicia ha venido a eso. Se ha pasado todos los días firmando papeles. También ha llegado a un acuerdo con un testaferro catalán. En Sanxenxo apenas ha navegado tres horas para que los periodistas tuvieran la foto", afirman fuentes consultadas por Informalia.

"Sí, se ha reencontrado con dos médicos que ya le han tratado en el pasado, pero su verdadero objetivo era negociar diferentes asuntos con Urdangarin", confirman las fuentes indicadas.

"Juan Carlos I es consciente de la información que tiene su antiguo yerno, y no quiere que sea utilizada no ya para dañarle a él, sino a la actual Casa Real y a la jefatura de Estado de Felipe VI. Este viaje, desde el primer día, no ha sido de placer, sino de negocios. Y esta parada también tenía ese objetivo". Iñaki y Juan Carlos llevaron a cabo algunas operaciones hace unos años, en el momento en que el emérito mantenía una relación con Corinna Larsen.