Jaime del Burgo ataca de nuevo y muerde con fuerza. Sus ofensivas contra Letizia y Felipe VI han entrado este viernes en una zona extremadamente íntima, sensible y desconocida. Secretos de cama. Con los mensajes del navarro hay que ir poco a poco, releyendo y repensando sus puñales. Dice mucho más que lo que es evidente en una primera lectura, haciendo subir los colores de sus víctimas. La declaración de amor envenenada firmada hace unas horas tiene una componente muy bestia: pone la gran mentira sobre la mesa. La mentira del matrimonio.

Recuperamos el párrafo del hijo del expolítico españolista y expresidente foral, en su misiva dirigida al odiadísimo presidente del Gobierno: "Uno puede tener una pareja marxista y convivir con ello porque el amor es más grande que la ideología. No me gusta el calificativo de "amantes" para referirse a la relación que tuvimos Letizia y yo, que algunos emplean. No cuando hablamos de años de amor consolidado, exclusividad, ilusiones y proyectos compartidos, del deseo mutuo de tener hijos y de envejecer dándonos la mano. Tú lo sabes porque supongo que algo habrá en los archivos que hayas visto". ¿Cuál es la clave? La palabra "exclusividad". Jaime asegura que, durante su historia de amor, no hubo más personas. Ni siquiera el marido de la reina. Recuerden, Del Burgo y Letizia fueron pareja en dos ocasiones: la primera, previa a Felipe. La segunda no: "Relación amorosa, duradera y continuada, 2010 y 2011". Leonor tenía 5 años, Sofía 3. Para poner más contexto.

Exclusividad, pues, es equivalente a decir que Felipe y Letizia pasaron dos años sin mantener relaciones conyugales, sin consumar el matrimonio. Felipe "a dos velas", hundido. La cruda realidad de las parejas que están rotas o en vías de desaparición. 2 años es mucho tiempo; normalmente esto acaba en divorcio, en separación. No ha sido su caso por motivos obvios, una corona, un pacto. Mantuvieron el papelón de dos extraños que se encuentran en el dormitorio y ni se miran, ni se tocan, nada. Apagar las luces, evitar al compañero y soñar con personas y elementos mucho más placenteros. El gran secreto de cama es este: que no había relaciones. Así ha sido la vida de los reyes de España, aquellos que siempre han sido tan críticos con sus predecesores... y que han acabado emulándolos.

La revelación de Del Burgo es todavía más cruel cuando nos fijamos en la parte de "el deseo mutuo de tener hijos". El tercer hijo de Letizia, con apellido Del Burgo. No es la primera vez que lo dice, ni mucho menos. Seguro que tampoco la última. El tema es delicado; miren todo el que ha pasado con Jaime Peñafiel por entrar en este terreno tan pantanoso. En todo caso, ¿lo intentaron? Es decir, las relaciones con exclusividad de las que se hace eco Jaime, ¿eran con finalidad procreadora, o solo se trataba de un anhelo imposible? Los que busquen respuestas, que continúen atentos a las redes de Del Burgo. Será su única fuente, porquedesde Zarzuela, ni mú. Y la bola se hace más y más grande.

Letizia Felipe oscurosa GTRES
Letizia y Felipe / GTRES