La princesa Leonor es la futura reina de España. Eso lo sabe todo el mundo. Pero también lo tiene muy claro Letizia, que se encarga de recordarlo cada vez que puede. Siempre pendiente de la imagen. Siempre controlando los gestos y el protocolo.

Y en ese contexto, la infanta Sofía se siente fuera de lugar. No importa lo que haga. Nunca es suficiente. Porque ella no es Leonor. Y eso se nota en cada aparición pública. En cada foto. En cada paso que da junto a su madre y su hermana.

Felip, Letícia, Elionor i Sofia / Gtres
Felipe, Letizia, Leonor y Sofía / Gtres

La infanta Sofía, siempre en un segundo plano

Sofía se ve menospreciada. No es una sensación. Es una realidad. Sabe que Leonor es la prioridad. Que ella está ahí como figura de apoyo. Que su presencia debe ser discreta, casi invisible. Nunca puede hacerle sombra a la heredera. Nunca puede brillar más.

Hasta se han dicho cosas falsas para justificar decisiones impuestas. Por ejemplo, que prefiere zapatos planos. Que se siente cómoda con bailarinas o alpargatas. Pero eso no es cierto. Lo cierto es que es más alta que su madre, y que incluso supera a su hermana. Eso es lo que molesta.

Sofía ha heredado la altura de su padre, Felipe VI. Es deportista. Fuerte. Con una presencia imponente para su edad. Mientras que Leonor se ha quedado más cercana a Letizia, aunque también ha crecido bastante. Pero la diferencia entre ambas es evidente.

Y eso a Letizia no le gusta. No quiere que Sofía la supere en altura. Ni a ella, ni a Leonor. Por eso le impone normas estrictas: colores neutros, ropa discreta, nada de tacones. Y, si puede, evita ponerse a su lado en público para que no se note tanto.

Calzado de Leonor y Sofía GTRES
Calzado de Leonor y Sofía / Gtres

En Marivent, de nuevo con zapato bajo

Lo vimos de nuevo este lunes, durante la recepción en Marivent. Allí estaban los reyes, Leonor, la infanta Sofía y la reina emérita Sofía. Y volvió a quedar claro quién es quién en esa familia.

El vestido de Sofía era sencillo. Muy por debajo del nivel de su madre, que lució un diseño exclusivo de Tony Bonet, y de su hermana, que también llevó un conjunto cuidado al detalle. Sofía recurrió a una marca más modesta, Zara, como casi siempre.

Y los zapatos, una vez más, de cuña baja. De la firma Macarena Shoes. Mientras que Leonor calzaba una cuña alta, mucho más llamativa. Un simple detalle que lo dice todo. Una decisión más que marca la diferencia entre la futura reina y su hermana menor.

Así crece la infanta Sofía. En la sombra. Con la sensación de que su madre no la trata igual. De que siempre será la segundona. La que no puede sobresalir. La que debe adaptarse. Aunque tenga que esconder quién es de verdad.