La princesa Leonor ha tomado una decisión significativa en el proceso de definir su imagen pública: ha decidido prescindir de los servicios de la estilista que hasta ahora la venía asesorando, una figura cercana a su madre, la reina Letizia. Esta profesional, además de estilista de confianza de la reina, mantenía una estrecha relación personal con ella, lo que había facilitado su incorporación al entorno de trabajo de la heredera.
Sin embargo, en los últimos tiempos, Leonor ha comenzado a mostrar una voluntad más clara de diferenciarse, tanto en el plano institucional como en el personal. La elección de su indumentaria, que hasta ahora había estado en gran parte coordinada por esta colaboradora, ha pasado a formar parte de las decisiones que la princesa quiere asumir de forma más directa. La decisión no se enmarca en una ruptura conflictiva, sino en un proceso natural de crecimiento y autonomía.
A medida que Leonor asume más presencia pública y protagoniza actos oficiales en solitario, su imagen adquiere un peso mayor en la construcción de su figura como futura jefa del Estado. En este contexto, la forma de vestir, los estilismos seleccionados y la proyección visual se convierten en elementos clave. Todo indica que la princesa ha optado por seguir una línea más personal, con una estética que considera más afín a su generación y a su papel institucional.
Un paso más hacia la autonomía de su imagen pública
Desde hace meses se han percibido algunos cambios en su vestuario. Las elecciones de prendas más actuales, marcas accesibles y combinaciones menos formales han marcado un estilo distinto, más fresco y con un enfoque más contemporáneo. Esta evolución en la forma de vestir responde al deseo de construir una identidad propia, sin que esto suponga necesariamente un rechazo hacia lo anterior, sino un paso natural en su proceso de madurez.

La estilista en cuestión, además de su labor profesional, contaba con una relación de confianza con la reina Letizia. Este vínculo permitió que durante un tiempo también asesorara a Leonor, especialmente durante sus primeras apariciones públicas. No obstante, con el paso del tiempo, la princesa ha optado por separar esa relación de su espacio profesional, buscando establecer un equipo propio, con criterios distintos.
En el ámbito de la monarquía, los pequeños cambios adquieren con frecuencia un significado mayor. La decisión de modificar parte del equipo que acompaña a la heredera refleja la voluntad de Leonor de tomar mayor control sobre su imagen y su trayectoria. A medida que se acerca a la mayoría de edad y que asume mayores responsabilidades, es natural que también desee elegir con mayor libertad a los profesionales que la asesoran en distintos ámbitos.
Este cambio puede marcar el inicio de una nueva etapa en la que Leonor defina no solo su papel institucional, sino también su forma de representarlo ante la opinión pública, con un estilo propio, autónomo y coherente con su generación y con el tiempo que le ha tocado protagonizar.