La infanta Sofía, la menor de las hijas de los reyes de España, se enfrenta a una etapa de cambios profundos. Tras completar sus estudios en el UWC Atlantic College en Gales, el exclusivo internado donde también estudió su hermana, Leonor, Sofía ha cerrado un capítulo que ha supuesto esfuerzo intelectual. Afirman algunas fuentes que, aunque no ha suspendido, sus aprobados han sido justitos, lejos de las expectativas que tenían en Zarzuela. No se lo han puesto fácil a la joven.
Ahora Sofía, a sus 18 años, se enfrenta ahora a una serie de decisiones académicas que están marcando profundamente su presente. La reina Letizia desea que su hija continúe sus estudios en Madrid, cerca de la familia y dentro de un entorno más controlado. Pero Sofía tiene otros planes: sueña con marcharse a Estados Unidos, donde aspira a vivir una experiencia universitaria distinta, lejos del foco mediático y con mayor libertad. Quiere seguir disfrutando de la independencia de la que ha gozado durante los últimos dos años, lejos del control de Zarzuela, de su madre y del escrutinio público.

La infanta Sofía pierde una de sus amistades más profundas de Gales
Pero los estudios no son el único aspecto que ha dejado huella en esta etapa. El final de curso no ha traído únicamente diplomas y celebraciones. La infanta está pasando por un momento complicado. El adiós a sus compañeros de residencia ha estado marcado por un conflicto personal que pocos esperaban: el distanciamiento con una de sus amigas más cercanas, con quien compartió habitación, confidencias y experiencias significativas durante los últimos dos años.
Aquella amistad fue descrita como una de las más sólidas del internado. Eran inseparables, tanto dentro de las clases como fuera de ellas. Era su acompañante habitual en sus escapadas al pueblo colindante al internado, donde se juntaban muchos jóvenes del centro.

Ruptura total
Esta joven no era simplemente una amiga: se convirtió en un pilar emocional para Sofía, al punto de que ambas familias llegaron a conocerse. Sin embargo, algo ocurrió en las últimas semanas y la relación se rompió. Durante el acto de graduación, ambas evitaron cualquier interacción: ni palabras, ni sonrisas, ni miradas.
Como suele ocurrir en estas situaciones, este episodio ha afectado profundamente a la joven. Perder este vínculo ha sido doloroso para ella, mientras se agarra al dicho de que ‘el tiempo lo cura todo’.