La historia de amor y desamor de la infanta Elena y Jaime de Marichalar ha sido siempre un tema de interés con respecto a la familia real española. Pero ¿qué llevó a la hija del rey Juan Carlos I a dar el paso de casarse con él? Algunos dicen que, en realidad, fue una decisión motivada por la sensación de estar rodeada de personas que no la comprenden. Aparte, se comenta que no era la opción más exigida en el “mercado sentimental”. Algunos coincidían en que ella era difícil de tratar. 

Antes de su matrimonio con Jaime de Marichalar, la infanta Elena tuvo varias relaciones que, en algunos casos, generaron distintas reacciones. Se la ha descrito como alguien con una personalidad fuerte, a veces considerada soberbia y con una tendencia a involucrarse en diversas actividades que la mantenían firmemente ocupada y en constante movimiento. Este perfil, sumado a la presión constante de la vida pública, pudo haber hecho que muchos de los pretendientes que tenía en su momento se retractaran. 

Jaime de Marichalar y la infanta Elena

Podría suponerse que para muchos jóvenes de la época sería atractivo establecer una relación con alguien de la Corona, pero al final no fue así en absoluto para la infanta. La influencia que ejercen los medios que acompañan a la familia real es un peso que pocos pueden soportar. En una entrevista en Viajando con Chester, Cayetano Martínez de Irujo comentaba acerca de la relación que mantuvo durante unos meses con la primogénita de los reyes eméritos. “Fue difícil salir, pero tuve la fuerza para decir esto no es lo mío, para nada era lo que buscaba ni quería”, dijo. Solo Jaime tuvo intención de casarse y formar un hogar con ella. 

Jaime de Marichalar aterrizó en la vida de la infanta Elena y no se quedó

El matrimonio entre Elena y Jaime se oficializó en 1995 y duró aproximadamente 14 años, hasta que se divorciaron en 2009. La decisión de separarse no fue sencilla y estuvo marcada por desacuerdos en aspectos fundamentales. La diferencia de opiniones de estilo de vida generó tensiones que, con el tiempo, fueron dificultando la convivencia.

Jaime de Marichalar / GTRES

La hermana del rey Felipe, acostumbrada a la atención y a las expectativas, quizás buscaba en el padre de sus hijos a alguien que le brindara estabilidad y comprensión en medio de ese entorno tan exigente. La relación, que duró más de una década, al principio generó gran admiración en los seguidores de la monarquía.

Hoy en día, cuando se cruzan en algún evento público, la relación entre ambos es distante. No se saludan ni muestran una interacción cercana, reflejando quizás las heridas y diferencias que quedaron tras su separación. Sin embargo, ambos continúan cumpliendo con sus roles y responsabilidades, cada uno en su camino.

El matrimonio entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar es un ejemplo de cómo ser una figura de la aristocracia, las personalidades y las decisiones personales puede influir en una relación. Su unión no fue precisamente un cuento de hadas, pero sería recibido con gran ilusión al comienzo de su matrimonio. Por lo pronto, ambos parecen seguir solteros y mantienen sus vidas en estricta intimidad.