La infanta Elena, hermana mayor del rey Felipe VI, nunca ha sido considerada un icono de elegancia dentro de la realeza europea. Su estilo, marcado por una estética clásica y en ocasiones algo anticuada, ha sido objeto de múltiples comentarios a lo largo de los años. A diferencia de otras royals que han evolucionado con las tendencias, Elena siempre ha mantenido una línea sobria, alejada del mundo de la moda y muy influida en sus inicios por la reina Sofía, como hace la reina Letizia con la princesa Leonor. Del mismo modo que la reina, siempre elegante y perfecta, también suele elegir looks nada atractivos a Leonor, Sofía también vestía elegante pero le ponía a Elena indumentarias que dolían a la vista.

Leonor en la confirmación de Sofía efe
Leonor en la confirmación de Sofía / EFE

Sin embargo, hubo un momento clave en la vida de la infanta que supuso un punto de inflexión: su matrimonio con Jaime de Marichalar. El que fuera duque de Lugo se caracterizaba por su estilo refinado, su cercanía con las altas esferas del sector de la moda y un gusto exquisito por el vestir. Gracias a él, Elena vivió un cambio sorprendente. Por primera vez, sus apariciones públicas eran aplaudidas por la prensa especializada, y su imagen se transformó por completo. Durante aquellos años, la infanta lucía elegante, moderna y coherente con su posición institucional.

Jaime de Marichalar y la infanta Elena
Jaime de Marichalar y la infanta Elena

Paso atrás de la infanta Elena

No obstante, tras su divorcio en 2010, esa evolución se desmoronó. La infanta Elena volvió rápidamente a sus antiguas costumbres estéticas, recuperando prendas tradicionales y combinaciones poco favorecedoras. Su aspecto comenzó a reflejar un retroceso notable, y con el paso de los años, su forma de vestir se ha vuelto aún más conservadora, incluso catalogada por algunos como "de abuela".

Este deterioro en su imagen pública no ha pasado desapercibido ni para su entorno más cercano ni para la opinión pública. Mientras su hija, Victoria Federica, ha sabido adoptar el gusto por la moda que heredó de su padre, la infanta ha quedado rezagada, dando la impresión de haber olvidado todo lo que aprendió durante su etapa con Marichalar. Lo que en su momento fue una imagen renovada y moderna, ha dado paso a un estilo desfasado que contrasta con el dinamismo de las nuevas generaciones de la realeza.

infanta elena con juan carlos efe
Infanta Elena con Juan Carlos efe

La infanta Elena pide ayuda

La situación ha llegado a tal punto que Elena ha pedido ayuda profesional. Aconsejada por personas de su entorno más íntimo, ha decidido ponerse en manos de estilistas con el objetivo de reconducir su imagen y recuperar parte del brillo perdido. Su meta no es convertirse en una fashionista, pero sí aprender a elegir combinaciones más acertadas y actualizadas, y dejar de caer en lo anticuado.