La infanta Elena y Juan Carlos I llegaron el pasado miércoles a Nueva York tras pasar una semana en Sanxenxo. Padre e hija competirán este lunes en el Campeonato del Mundo de Vela 6M. Una competición en la que el emérito ha participado prácticamente todos los años, incluso alguna vez ha ganado, pero en esta ocasión tendrá que competir contra su hija. La salud del padre de Felipe VI no es precisamente la mejor, pero las regatas siempre le han dado vida, le mantienen con cierta ilusión, aunque se pone nervioso cuando no puede entrar al barco cómodamente, por eso se le adaptó a su condición.
Juan Carlos I cumplirá el próximo mes de enero 88 años. El emérito lleva décadas arrastrando serios problemas de movilidad, padece una artrosis severa que prácticamente ha inmovilizado su pierna izquierda. Los médicos le han recomendado que use una silla de ruedas, pero él se resiste, ya que no quiere que le vean como una persona totalmente dependiente. Por este motivo hace uso de la medicina regenerativa. Se inyecta células madre y plaquetas en sangre que mejoran levemente su movilidad.
Felipe VI, Elena y Cristina están muy preocupados por la salud de sus mayores. Tienen edades avanzadas y es algo normal. Sin embargo, como a cualquier familia les ha sorprendido una enfermedad que no esperaban. Irene de Grecia, quien ha sido una segunda madre para ellos, enfermó de Alzheimer hace tres años. Desde entonces Zarzuela trajo a los mejores médicos y a personal sanitario a su servicio las 24 horas del día. Sin embargo, no se ha podido hacer nada porque su enfermedad se detenga, ha avanzado a pasos agigantados.
Irene de Grecia empeora y la situación es desesperante en Zarzuela
Irene de Grecia ha olvidado hasta su nombre, incluso funciones básicas como caminar, su cuerpo está muy deteriorado, por ello ya no sale de su habitación. Zarzuela evita que se la vea públicamente para que no aparezcan fotografías en su estado.
La infanta Elena es la persona que mantiene a Juan Carlos I al corriente de todo lo que sucede en Zarzuela. Ya le ha explicado que los médicos no son nada esperanzadores, a Irene de Grecia le queda poco tiempo de vida, como mucho un año más. Es una situación delicada. Para el emérito ha sido una más en la familia y el día que fallezca ha pedido estar presente, por sus hijos, por la reina Sofía y por el cariño a la familia. Irene podría haber sido su esposa y ha convivido cincuenta años en Zarzuela.
