La infanta Elena se ha convertido en la sombra de Juan Carlos I. Desde que Felipe VI le exilió a los Emiratos Árabes, su hija mayor se ha vuelto inseparable. Ella siempre ha estado en contra del traslado de su padre a miles de kilómetros. Le hizo saber a su hermano que este exilio además de una humillación era totalmente innecesario. Ella misma se ofreció a quedárselo en casa, para ello reformó la vivienda adaptándola a personas con movilidad reducida. Aunque Juan Carlos y Elena nunca han tenido una relación tan cercana, en los últimos años se han vuelto uña y carne. Es la persona en la que más confía en estos momentos. De hecho, se cree que la hermana de Cristina es quien estuvo detrás de la demanda de su padre a Miguel Ángel Revilla y del libro de sus memorias. Le aconsejó hacer mucho ruido para poderse trasladar más cerca de España. En la actualidad residiría en Portugal, en Lisboa, concretamente en la zona de Cascais.

Felipe VI habla poco con Juan Carlos I pero nunca ha dejado de interesarse por él. Está siempre al corriente de su salud gracias a la infanta Elena, quien le informa absolutamente de todo. Todos saben que el emérito no está bien, cumplió 87 años y tiene serios problemas de movilidad desde hace décadas. Ha sido operado más de una decena de veces de la cadera y las rodillas, incluso se ha sometido a tratamientos basados en la medicina regenerativa con células madre y plaquetas, sin mucho éxito, aunque ha podido paliar el dolor. El marido de la reina Sofía sufre una artrosis muy severa que le inmoviliza todo el cuerpo. De hecho, su pierna izquierda ya no puede moverla.
Juan Carlos I tendrá que utilizar una silla de ruedas
Los médicos no son nada alentadores con sus últimos exámenes médicos. Ya le comunicaron hace años que debería utilizar una silla de ruedas, pero en público se niega porque no quiere que le vean como una persona dependiente. Se apoya en su bastón y en el personal de seguridad. Sin embargo, los años pasan y los problemas aumentan.
La infanta Elena está pasando este verano con él y es quien ha comunicado a Felipe VI que la situación es crítica, no saben si podrán participar en el Campeonato Mundial de Vela en Nueva York como estaba previsto. Juan Carlos I ha dejado de andar y necesita ser examinado por sus médicos de confianza. Podría ser que a partir de ahora siempre veamos al emérito en silla de ruedas.
