La infanta Elena se ha vuelto una inseparable de Juan Carlos I. Desde que vive en Abu Dabi le ha visitado en más de 60 ocasiones en los últimos cinco años, sin contar las veces que le acompaña en sus regatas en Sanxenxo, como este fin de semana, en el que padre e hija se volverán a encontrar. Ambos mantienen una gran complicidad y el emérito le cuenta algunos de sus problemas como el gran problema que tan preocupada la tiene, el mal sin cura que padece su padre, mal de amores.

Juan Carlos I siempre ha tenido una gran afición por las mujeres. Se le conocía en su juventud como un “depredador sexual” y se cree que ha estado con más de 5.000 mujeres, la mayoría de ellas prostitutas de lujo que pagaba con los Presupuestos Generales del Estado. Tenía una mujer en cada ciudad. Su gran problema fue enamorarse. Cayó en las redes de Bárbara Rey, Corinna Larsen y Marta Gayà. Con la empresaria alemana estuvo a punto de divorciarse públicamente de la reina Sofía para casarse con ella. Aunque finalmente su relación terminó en los juzgados y con millones de euros.
Juan Carlos I continúa enamorado de Corinna Larsen
Lejos de desvincularse totalmente de ella, Juan Carlos I la ha demandado una vez más pero en su caso no para hacer justicia, sino para volverse a reencontrar con ella con la esperanza que acuda a la vista previa y poder hablar, ya que nunca le coge el teléfono.
Ahora mismo mantiene una relación sentimental con Marta Gayà, pero continúa muy enamorado de Corinna Larsen, su gran error. "Nunca le ha aconsejado, nunca le ha reprochado nada, ha asumido su papel en segundo plano. Ha renunciado a muchas cosas por él, como por ejemplo a tener hijos o a tener una vida matrimonial normal", señala Pilar Eyre.
"Es la compañera perfecta en estos momentos para don Juan Carlos, pero su corazón es de Corinna", asegura la periodista. "Si Corinna le dice 'ven y déjalo todo' al rey emérito, él lo dejaría todo", añade convencida Pilar Eyre.
La infanta Elena sabe que Corinna Larsen le ha hecho mucho daño y sería un gran error volver con ella, es pasado y debe olvidarla pero para Juan Carlos I no es tarea sencilla. Por alguna extraña razón siempre acaba cayendo en sus redes, a pesar de todas las traiciones. Su hija hace todo lo posible por distanciarle de ella. Quiere evitar que acuda a la vista reconciliadora del juicio.
