La infanta Cristina ha sufrido mucho con su divorcio de Iñaki Urdangarin. La hermana de Felipe VI estaba muy enamorada, casi ciega, ya que el matrimonio de ambos no ha sido perfecto. Aunque nunca se confirmó se habla de reiteradas infidelidades a la hija de la reina Sofía por parte del exjugador de balonmano con otras mujeres, sin embargo ella siempre le ha perdonado porque estaba muy enamorada y priorizaba a la familia. Renunció incluso a la corona cuando estalló el caso Nóos por apoyar a su entonces marido. Hace cuatro años que decidieron tomar caminos separados tras una infidelidad. Iñaki empezó una relación con Ainhoa Armentia, su compañera del bufete de abogados. Cristina no se quitó el anillo de casada hasta que se firmó oficialmente el divorcio después de dos años de batalla legal. Tenía serias intenciones de que esto fuese un capricho más del padre de sus hijos y volviese arrepentido a sus brazos como ha hecho en otras ocasiones.

La hija de la reina Sofía se dio un golpe de realidad. Después de sentirse humillada y traicionada, y pasarlo realmente mal, apenas salía de casa, lloraba desconsoladamente, no tenía ganas ni de arreglarse. En las cláusulas de divorcio, la infanta Cristina ya ha efectuado su venganza con Iñaki Urdangarin impidiendo que pueda tener una relación normal con Ainhoa y con sus hijos. Al exduque de Lugo le gustaría reunir a toda la familia, pero le es imposible por culpa de su exmujer.
La infanta Cristina no estaba dispuesta a que Iñaki Urdangarin ganase la batalla
La infanta Cristina tiene mucho poder y ha utilizado sus contactos para ponerle las cosas muy difíciles al padre de sus hijos y a su nueva pareja. Mientras que Felipe VI siempre le echaba de Vielha y de Palma de Mallorca, su hermana tampoco le pone las cosas fáciles en Barcelona. La madre de sus hijos no quiere que vuelva al club de tenis de Barcelona donde tanto tiempo pasaban, al lado de la escuela de sus hijos cuando eran pequeños. Le ha prohibido el acceso a cualquier sitio donde se concentran las élites catalanas, como el club de Polo o el de náutico.
Por ahora Iñaki Urdangarin ya se embolsaría grandes cantidades de dinero por mantenerse en silencio. Dos millones de euros que habría recibido en concepto de indemnización y 25.000 euros mensuales de por vida. Sin embargo, en el momento que se salte alguna de las cláusulas que firmaron en el divorcio podría perderlo todo, incluso tendría que devolverlos.
