Iñaki Urdangarin tenía una vida plena al lado de la infanta Cristina y sus cuatro hijos, o eso es lo que hacía creer porque cuando estalló el caso Nóos todo salió a la luz. El exjugador de balonmano fue acusado y condenado por una serie de delitos en el marco del Caso Nóos, incluyendo malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias. Condenado a 5 años y 10 meses de prisión. Es la única persona que finalmente entró en la cárcel. Juan Carlos I no pudo hacer nada por salvarle, los ánimos entre la ciudadanía estaban muy caldeados y la corona pendía de un hilo. El exduque de Palma fue el peón necesario para demostrar que la justicia es igual para todos. No obstante, le prometió que solucionaría la vida cuando saliese de la cárcel.

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia / Instagram
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia / Instagram

A pesar de su ingreso en prisión, Iñaki Urdangarin tuvo unas comodidades que no son normales para ningún preso. El primer trato de favor es que entró en una prisión de mujeres y se desalojó todo un módulo para él. Estaba completamente solo, una soledad que a veces le enloquecía. No hablaba con nadie ya que a él ni tan siquiera le vigilaban los funcionarios de prisiones. Su celda no era de dos por dos, más bien parecía una suite de un hotel de lujo. Tenía sala de estar, baño privado, televisión, bicicleta estática y hasta una terraza para tomar el sol. También disponía de acceso a la piscina, a la biblioteca y a un gimnasio.

Todas las presas querían un vis a vis con Iñaki Urdangarin 

Estuvo mucho tiempo solo y eso hizo que entrase en un estado de depresión, su gran salvación fue el cura, a quien le confesaba todos sus problemas. Las presas se volvieron locas cuando se enteraron que Iñaki Urdangarin estaba en el módulo de al lado. Él podía oír los gritos de las presas echándole piropos. Más de una quería tener encuentros íntimos con él.

"Cristina, f... bien, que si no lo haremos nosotras, ¡qué estamos muy cachondas y él está muy bueno!" o "¡Déjalo a gusto, exprímele, que si no aquí estamos nosotras para f..., que pasamos mucha hambre!" son algunas de las frases que la infanta Cristina tenía que escuchar en sus visitas a la cárcel, tal y como ha revelado Eyre en su blog.

A Iñaki Urdangarin le llegaban muchas invitaciones de las presas para hacerle una visita en su módulo. Iñaki Urdangarin es conocido en la cárcel como el "pibón de Brieva", el "chorbo de Cristina", "tiarrón del norte" o "chuletón vasco”.

Iñaki Urdangarin
Iñaki Urdangarin