Como todos los años, la infanta Cristina pasa unos días del verano con sus hijos. Para su cumpleaños siempre se regala un viaje con sus cuatro hijos. Ellos deciden el destino y pasan un tiempo juntos como cuando eran pequeños, sin parejas. Cristina, Juan, Miguel, Pablo e Irene. Son muy cautos con ese viaje porque no quieren que ninguna cámara les moleste. Es una tradición que a día de hoy mantienen, aunque cada vez cuesta más ponerse todos de acuerdo por las fechas.

La infanta Cristina ha pasado veranos muy tristes, especialmente los últimos años tras su separación de Iñaki Urdangarin. Ella estaba muy enamorada y le ha costado mucho tiempo quitárselo de la cabeza. El apoyo de sus hijos ha sido vital para su recuperación. Sin embargo, los problemas no cesan. La hermana de Felipe VI siempre se ha preocupado por los demás y sufre mucho cuando les ve mal. Es lo que le sucede fundamentalmente con su hijo mayor.
La infanta Cristina muy preocupada por los suyos en un verano complicado
Juan Urdangarin ha tenido muchos problemas desde que estalló el caso Nóos. Él es el hijo mayor y quien más sufrió las consecuencias de los traslados, se quedó sin amigos en la escuela y vio como insultaban a sus padres, incluso tuvo que hacer de padre de sus hermanos cuando Iñaki Urdangarin entró en prisión. La infanta Cristina le llevó al psicólogo y desde entonces se trata con el profesional de la salud mental. Ahora mismo el mayor problema del joven es el amor. Tal y como se ha avanzado en varios medios de comunicación, Juan podría haber roto con su pareja, el famoso economista inglés. Se le ha visto completamente solo en la Cerdeña, donde prevé quedarse hasta finales del mes de agosto.
Pero no es el único problema que ha complicado su verano. La infanta Cristina también está muy preocupada por la salud de sus padres. Juan Carlos I y la reina Sofía empiezan a hacerse muy mayores y eso implica varios problemas de salud fruto de su avanzada edad. A veces sin grandes complicaciones, pero te hace ser consciente del final. Siempre se ha preocupado mucho por ellos, y por este motivo habría comprado un piso en Barcelona. Tiene serias intenciones de instalarse de nuevo en España para acompañarles en estos últimos años de su vida.
Por fin pudo convencer a Felipe VI, junto a la infanta Elena, de trasladar a Juan Carlos I a Portugal para que abandonase Abu Dabi y tenerle más cerca de casa.
