La infanta Cristina adquirió el año pasado un lujoso piso en el prestigioso barrio de Pedralbes, en la zona alta de Barcelona. Curiosamente es la misma vivienda en la que compartió sus primeros años de amor con Iñaki Urdangarin. La hermana de Felipe VI vivía en Ginebra desde que el padre de sus hijos ingresó en prisión. Y su intención era quedarse allí hasta que Juan Carlos I falleciese, ya que el régimen fiscal de Suiza ayuda a las grandes fortunas, y su millonario patrimonio no pasaría por la Hacienda Pública española. Sin embargo, Irene de Grecia no superó las pruebas de la universidad de Lausana y se marchó a Madrid para iniciar un nuevo rumbo en su vida. Al quedarse sola, la hija de la reina Sofía empezó a moverse. No obstante, de momento la nueva vivienda se encuentra en reformas y no habría prisa por iniciar un cambio.
Sin embargo, la infanta Cristina pasa cada vez mayor tiempo en Barcelona y Madrid. Se la ha visto en numerosas ocasiones en el palacio de la Zarzuela para visitar a la reina Sofía y a Irene de Grecia. Además, hasta hace poco tiempo vivían dos de sus cuatro hijos, Irene y Miguel Urdangarin. Cristina tiene una excelente relación con su hermana Elena. Ambas están muy preocupadas por la salud de sus progenitores, incluyendo a la conocida tía Pecu, que es una segunda madre para los tres.
Los Borbón están muy preocupados por el estado de salud de la reina Sofía a causa de la enfermedad de Irene de Grecia
Mientras que la infanta Elena se preocupa más de Juan Carlos I, esta semana han estado en Nueva York participando en el Campeonato del Mundo de Vela de 6M, la infanta Cristina se ha centrado en la reina Sofía. Y es que toda la familia está muy preocupada por el estado anímico de la emérita.
Hace tres años despidieron a su hermano Constantino de Grecia, que falleció a causa de un derrame cerebral. Unos meses más tarde se afirmó que Irene de Grecia padece Alzheimer, la enfermedad del olvido. La hermana de la emérita ha olvidado todos sus recuerdos, no sabe ni su nombre, ni tan siquiera realiza funciones básicas como caminar, no se mueve de la cama.
La reina Sofía entristece al verla así. Según Pilar Eyre, la emérita padece una depresión severa. Sus hijos quieren que salga y se distraiga, que no pase tanto tiempo al lado de Irene, pero se niega. Se encierra en su habitación totalmente a oscuras, no quiere salir ni recibir visitas, apenas come ni duerme, síntomas claros de una depresión. Felipe VI, Cristina y Elena le han pedido acudir a terapia.
Con la reina Sofía se habrían instalado las infantas Elena y Cristina, y no tanto por la salud de Irene de Grecia, que hay poco más para hacer, sino por la reina Sofía.
