Iñaki Urdangarin cree que nunca más podrá recuperar su vida. El exduque de Palma pagó con la prisión por su implicación en el caso Nóos. Se le acusó de malversación y prevaricación, fraude a la Administración y delitos fiscales y tráfico de influencias. Él está convencido de que no cometió muchos de los delitos de los que le acusaron, ni tan siquiera los hizo solo, pero fue el único que acabó encerrado entre rejas. Y así se lo pidió Juan Carlos I, su suegro y gran amigo. Si mantenía la boca cerrada, una vez que saliese de la cárcel sería millonario, nunca más tendría problemas económicos.

El exjugador de balonmano tenía muchos amigos. Cuando abandonó el terreno deportivo continuó vinculad como miembro del Comité Olímpico Español. Después fue presidente de la famosa Fundación Nóos, Consejero de Telefónica Internacional y asesor en Imaz & Asociados. Los únicos que le dieron otra oportunidad cuando salió de prisión, en el periodo de libertad condicional. Ahí conoció a Ainhoa Armentia.
Iñaki Urdangarin no encuentra empresas que quieran asociarse a su nombre
Desde que salió de la cárcel no ha vuelto a tener ningún trabajo estable. Ha intentado ser entrenador del FC Barcelona de balonmano donde jugaba su hijo, incluso ha montado su propia empresa, pero ha sido un fracaso. Es sobre coaching empresarial, pero ninguna empresa se interesa por él. Nadie puede quitarle la fama. Todos los españoles conocen su historia y su apellido está muy mal visto. Nadie quiere que su empresa salga gafada y pierda todos los apoyos. Son unas cuantas las marcas que ya han dicho que no a Iñaki Urdangarin
Suerte que Juan Carlos I cumplió su promesa y a Iñaki Urdangarin no le hace ninguna falta trabajar para subsistir. Aunque no se siente realizado. Según Juan Luis Galiacho, el ex de la infanta Cristina habría cobrado dos millones de euros en concepto de indemnización por un libro que le ofrecieron escribir y al que renunció. Además, todos los meses ingresaría 25.000 euros de por vida, una cantidad con la que sufragaría todos los gastos y los de Ainhoa Armentia. Sería mentira que solo vive con los 900 euros que le pagarían de pensión, y la abogada también sin trabajo.
Iñaki Urdangarin se divorció de la infanta Cristina a propósito. Sabía que si lo hacía podía pedir a Juan Carlos I que cumpliese su promesa, mientras tanto no, porque le diría que ya vive de su hija.
