Quedan pocos días para que Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina estampen su firma definitiva en el acuerdo de divorcio. Lo harán a partir del próximo día 6 de junio de 2023. Ese día Irene Urdangarin, la hija pequeña de la pareja, cumplirá 18 años. Ello les permitirá cerrar la operación en un notario, evitando así pasar por el juzgado y las posibles filtraciones que puedan derivar.

Un momento muy esperado por Iñaki y también por su nueva pareja, Ainhoa Armentia. Ella ya se divorció de su marido. Y el paso de Urdangarin les permitirá pensar en algo de lo que ya han hablado en alguna ocasión. Nos referimos a una boda entre Armentia y el ex jugador de balonmano. Una posibilidad que ya han valorado y en la que tienen puesta mucha ilusión. Es su deseo a medio plazo.

La infanta Cristina no está sola

Una situación que causa un dolor inmenso en la infanta Cristina. La hermana del rey Felipe sigue muy dolida con el engaño del hombre al que se entregó por completo, incluso cuando este estaba acusado por el caso Nóos. Pero atención, porque la hija del rey emérito Juan Carlos I tiene unos cuantos aliados inesperados para dejar KO a la pareja. Para que no puedan vivir en plena felicidad su relación.

Iñaki Urdangarin Ainhoa Armentia Instagram
Iñaki Urdangarin Ainhoa Armentia Instagram

Se conoce que sus hijos no terminan de ver con buenos ojos la relación que vive su padre con Ainhoa. Sobre todo Irene, que es quien ha visto sufrir más a su madre con este asunto. Pero no son los únicos que no comulgan con el romance de Urdangarin y Armentia. Hay otras siete personas que tampoco terminan de verlo claro.

La familia de Iñaki Urdangarin no lo ve claro

Estamos hablando de los seis hermanos de Iñaki, Cristina, Mikel, Ana, Clara, Lucía y Laura, y de su madre, Claire Liebaert. Según asegura Vanitatis, su progenitora ni siquiera conoce todavía a Ainhoa. Una situación que dificultará el avance de la relación incluso cuando Iñaki y Cristina estén oficialmente divorciados. El entorno no se lo pondrá fácil.

Mientras tanto, dos años después de que empezaran a salir, Iñaki y Ainhoa disfrutan de una relación en la que todavía dura la pasión. Tal y como señala el medio mencionado, Iñaki apenas va por Barcelona y tampoco a Ginebra a ver a su hija Irene. Se pasan los días el uno junto al otro como dos “tortolitos” o “dos adolescentes”.