Iñaki Urdangarin deseaba alejarse del apellido Borbón cuando le salpicó el caso Nóos, culpa a Juan Carlos I, quien en un momento fue su mano derecha, de su ingresó en prisión. Finalmente, aunque salieron varios nombres a relucir, incluso la infanta Cristina se sentó en el banquillo de los acusados, el exjugador de balonmano fue el único damnificado en toda esta historia, pero no el único culpable. Pagó con la cárcel, pero el emérito le prometió una vida de lujo sin problemas cuando saliese de allí. Solo le pidió que entrase sin hablar.

Una vez que salió de prisión, Iñaki Urdangarin no volvió a ver a la infanta Cristina. El exduque de Palma empezó una relación con Ainhoa Armentia, que se vio como una infidelidad porque todavía no había zanjado su matrimonio con la madre de sus hijos. El guipuzcoano tenía muy clara su estrategia. Desde que ingresó en prisión sabía que iba a divorciarse de la hija de la reina Sofía. Su matrimonio vivía una crisis muy importante y este proceso lo dinamitó por completo.
Juan Carlos I realiza pagos a Iñaki Urdangarin desde Suiza
El exjugador de balonmano quería aprovechar el divorcio para sacar dinero a los Borbón. Juan Carlos I le prometió algo que en un primer momento no cumplió. Según Juan Luis Galiacho, el emérito se encargó de cumplir su promesa. Sería él quien realizó dos transacciones desde Suiza a Iñaki de un millón de euros cada una. Un total de dos millones de euros en concepto de indemnización por un supuesto libro que una conocida editorial le ofreció escribir y al que renunció. Además de 25.000 euros todos los meses hasta el fin de sus días, una vez que Juan Carlos I fallezca será la infanta Cristina quien continúe con los pagos. De esta forma Iñaki no tendrá ningún problema económico jamás, como se le prometió.
Durante estos años desde que salió de prisión, Juan Carlos I se ha encargado de visitar a Iñaki Urdangarin en varias ocasiones para cerrar asuntos del divorcio y llegar a un cantidad satisfactoria para ambas partes. El emérito aprovecha siempre sus viajes a Vitoria para reunirse con su médico de confianza para visitar al exmarido de su hija Cristina.
Se cree que Iñaki Urdangarin y Juan Carlos I todavía tienen algo más que les une fuera de nuestras fronteras. Se habla de Suiza, un paraíso fiscal. El exjugador de balonmano está muy tranquilo. Prometió que no quería saber nada más de aquellos negocios y que ahora solo quería dinero limpio y tributar en España.
