La imagen de un príncipe George impecablemente vestido y sosteniendo una taza de té en una merienda con veteranos de guerra ha desatado una ola de comentarios entre los seguidores de la monarquía británica. Con apenas 11 años, el primogénito de los príncipes de Gales ha comenzado a dar los primeros pasos hacia su destino inevitable: convertirse en rey. Pero detrás de esta dulce postal, se esconde un plan minucioso y silencioso de sus padres, Guillermo y Kate Middleton, para forjar el carácter y la imagen pública de su hijo mayor sin someterlo a las presiones que destruyeron generaciones anteriores.
Lejos de los juegos infantiles y las cámaras indiscretas, George fue visto en uno de sus compromisos más importantes hasta la fecha, compartiendo impresiones con veteranos de la Segunda Guerra Mundial durante la conmemoración del 80º aniversario del Día de la Victoria. El joven heredero conversó con Alfred, un veterano de 101 años, quien no dudó en advertirle que su presencia no era un simple acto simbólico, sino una declaración de futuro. “Sabe, es muy importante que esté hoy aquí. Deberíamos aprovechar días como este para hablar de estas cosas, para que las nuevas generaciones puedan comprenderlas", le dijo Alfred a George.
Guillermo y Kate trazan un delicado equilibrio la responsabilidad y la infancia en la educación de sus hijos
Este evento no fue una coincidencia ni una improvisación. De acuerdo con expertos en la realeza, todo ha sido cuidadosamente orquestado por los príncipes de Gales. Su objetivo: construir desde ahora la figura de un monarca preparado, empático y mediático. "Le están preparando para la vida pública. A los niños les cuesta conocer a la gente, darles la mano y mirarles a los ojos, pero [George] lo hace muy bien. Creo que lo que intentan conseguir es que se sienta relajado en ese tipo de situaciones, y me pareció un gran éxito", señaló Robert Jobson, experto en realeza. Sin embargo, el plan va más allá del protocolo. Kate y Guillermo han dejado claro que su prioridad es no abrumar a George, evitando errores pasados que condenaron a otros miembros de la familia a una vida de frustración y resentimiento.
Uno de los grandes temores que sobrevuela en Kensington Palace es repetir el patrón del "repuesto real", concepto popularizado por el propio príncipe Harry en sus explosivas memorias, ‘Spare’. Charlotte y Louis, al igual que su tío en su día, podrían crecer a la sombra de su hermano mayor si no se les concede su propio espacio e identidad. Por ello, Kate y Guillermo buscan marcar diferencias desde el principio, con una crianza basada en el equilibrio emocional y la visibilidad medida.
George bajo los focos: una infancia entre cámaras, coronas y protocolos
Desde los pasillos de Buckingham hasta las aulas privadas donde estudia, el camino del joven George ya no es el de un niño cualquiera. Su imagen se cuida con precisión milimétrica, y cada aparición pública es una pieza más del rompecabezas que el Palacio de Kensington está armando con visión de futuro. La reciente aparición con los veteranos fue solo el principio de un despliegue cuidadosamente medido. A diferencia de sus antecesores, George no tendrá una juventud desentendida. Sin embargo, aunque sus padres intenten suavizar el camino, la maquinaria de la monarquía ya se ha puesto en marcha. De aquí en adelante, cada gesto, cada palabra, cada saludo, será parte de una coreografía que lo acompañará toda la vida.