Una vez más, demuestran que la reina Sofía es un cero a la izquierda en la familia real. La emérita ha pasado unos años muy complicados en los que ha tenido que hacer frente a pérdidas muy importantes, como la muerte de su hermano Constantino de Grecia, que falleció a causa de un derrame cerebral. Pocos meses más tarde también se confirmó la enfermedad de Irene de Grecia. Su hermana padece Alzheimer y la enfermedad está muy avanzada. Casa Real ya no quiere sacarla a ningún acto familiar, ya que ha desmejorado bastante. Ni tan siquiera recuerda su nombre. En alguna de sus últimas apariciones se la vio en silla de ruedas, con la mirada perdida y el rostro muy desmejorado. La madre de Felipe VI se ha quedado sin su apoyo más importante. Era su hermana, pero también su confidente, amiga y fiel compañera de viaje. Siempre juntas desde hace más de cincuenta años. Inseparables.

La reina Sofía se ha visto muy afectada con esta situación. Apenas sale de casa porque no tiene ningún motivo especial. Se encierra en su habitación y llora desconsoladamente, no come y apenas duerme, según la versión de Pilar Eyre. Su situación es complicada y sus tres hijos son conocedores de ello. Hacen algunos planes para integrarla y que no se sienta tan sola. Sin embargo, Felipe VI siempre se olvida de ella, o Letizia no quiere que esté en sus planes.
Felipe VI y Letizia vaciaron su agenda una vez más para un compromiso muy especial. Los monarcas se desplazaron a Gales para asistir a la graduación de la infanta Sofía, como ya hicieron hace dos años con Leonor. La benjamina de la familia concluía su etapa escolar con el fin de los estudios de bachillerato internacional en el UWC Atlantic College de Gales.
Felipe VI no ha dejado que la reina Sofía asista a la graduación de la infanta
La reina Sofía pidió unos días antes a Felipe VI poder asistir a la graduación de su nieta, pero una vez más se le denegó. Letizia no quería a nadie en Gales. Solo sus dos padres y ya. En la época de Leonor puso la excusa de la Covid y el recorte de asistentes, pero en esta ocasión no había ninguna excusa. De muchos de los compañeros de la infanta acudieron algunos abuelos.
La emérita se quedó en su habitación sin salir, triste por una nueva negativa de su hijo sin poder estar cerca de sus nietas. Siempre la han apartado. Es una abuela ausente, pero no porque ella quiere serlo. Una vez más piensa que Felipe VI está siendo manipulado por Letizia.
Fue un fin de semana negro en Zarzuela. La emérita se puso muy nerviosa y el personal médico que asiste a Irene de Grecia tuvo que intervenir.
