El matrimonio entre Felipe VI y Letizia ya no funciona. Los monarcas decidieron cesar la convivencia siguiendo el ejemplo de Juan Carlos I y la reina Sofía. Sufrieron una importante crisis en 2021, según sabemos ahora por una supuesta infidelidad de la reina al rey con Jaime del Burgo, un gran amigo de la familia en el pasado. Los reyes se habrían mantenido unidos por la corona y con tal de garantizar el futuro reinado de la princesa. Simplemente coincidirían en algunos actos institucionales, los mínimos posibles, como si fuesen compañeros de trabajo más que una pareja. Ni tan siquiera vivirían bajo el mismo techo. La reina se habría quedado en el Pabellón del Príncipe mientras que él se habría instalado en el palacio de la Zarzuela, también debido a la enfermedad de Irene de Grecia y al estado anímico de la reina Sofía.

Felipe VI, como el resto de madrileños, ha despejado su agenda en la recta final de la semana. Concentró su trabajo en los primeros días para tener vacaciones el 15 de mayo, festivo en la Comunidad de Madrid, San Isidro. Muchos madrileños, como los reyes, también han cogido fiesta el viernes 16 de mayo. Así tendrán cuatro días de fiesta, aunque Felipe VI y Letizia tendrán que verse las caras en la primera misa del nuevo papa en Roma.
Felipe VI está muy preocupado por el estado anímico de su madre
El monarca tenía pensado marcharse de puente con sus amigos, los hermanos Fuster, a Palma de Mallorca aprovechando el buen tiempo para practicar otro de sus deportes favoritos, la vela. Sin embargo, debido a la situación de la reina Sofía ha decidido anular sus compromisos personales y quedarse en Madrid. La emérita ha vivido unos años muy complicados y sus hijos están muy preocupados con la situación.
Hace unos años tuvo que despedirse casi por sorpresa de su hermano Constantino de Grecia, quien sufrió un derrame cerebral. Pocos meses después se confirmó que su hermana Irene de Grecia, amiga, hermana y fiel compañera de viaje, padecía Alzheimer, la enfermedad del olvido. Ya ni tan siquiera recuerda su nombre. En sus últimas apariciones se la vio con el rostro muy desmejorado, la mirada perdida y en silla de ruedas.
La reina Sofía se siente muy sola y muy mayor. No ha cumplido su sueño de ver a toda la familia de nuevo unida, especialmente a sus ocho nietos. Según Pilar Eyre, está en una situación muy delicada. Apenas come, ni duerme, no sale de la habitación y se pasa el día llorando. Sus hijos han llegado a un acuerdo para entretenerla.
