Juan Carlos I ha aterrizado de nuevo en Galicia para participar en las regatas de Sanxenxo, y esta vez después de mucho tiempo la intención es que sea él quien maneje el timón. Su barco se ha adaptado para las personas con movilidad reducida. Sorprende que en esta última aparición haya hecho todo lo posible para apartarse del foco mediático. No ha querido atender a las cámaras y mucho menos desde la repercusión de su demanda a Miguel Ángel Revilla. Además, no quiere que se hable de su delicado estado de salud.
El exmonarca ha sido tema de conversación en los últimos días por su posible marcha de Abu Dabi. El marido de la reina Sofía tiene 87 años de edad y varios problemas de salud, entre ellos su movilidad. Hace más de una década que arrastra una artrosis que está dejando su cuerpo prácticamente inmóvil. Ha sido operado en más de una decena de ocasiones de las rodillas y la cadera sin mucho éxito. Se ha sometido a tratamientos de medicina regenerativa con células madre que no han funcionado como se esperaba, y ahora mismo debería volver a ser intervenido pero a su edad ya está más que descartado. Los médicos le han confirmado que se quedará en una silla de ruedas, su peor pesadilla. No quiere ni imaginárselo.
Felipe VI tiene que tomar la decisión más importante de su vida con su padre
Los médicos han hablado seriamente con Felipe VI y le han comunicado el estado de gravedad de su padre. Para ellos sería conveniente que el emérito volviese de nuevo a España o estuviese más cerca. Abu Dabi está a miles de kilómetros y demasiadas horas de avión para su edad. Por este motivo, se está valorando la posibilidad de que el marido de la reina Sofía se instale en alguna zona de Portugal, o incluso en Sanxenxo.
Las infantas Elena y Cristina se reunieron de urgencia con Felipe VI en Zarzuela para tratar el tema del regreso de Juan Carlos I a España. Ejercen presión para que el exmonarca vuelva. De hecho, incluso la hija mayor se ofrece para quedarse con él en casa, ya la adaptó para personas con movilidad reducida pensando especialmente en él.
Siempre con la mayor discreción posible, Felipe VI habría dado luz verde definitivamente al traslado de Juan Carlos I al país vecino. Por ahora no ve con buenos ojos que se quede en España pero entiende perfectamente que es demasiado mayor y tampoco quiere que el cuerpo de su padre sea repatriado una vez que fallezca. Sería un escándalo que eso sucediese, más que tenerlo cerca en los últimos años de su vida.
