Felipe VI está muy preocupado por la salud de sus progenitores. Son ya 87 años y empiezan a tener algunos problemas por su avanzada edad. Sabe que cada vez está más cerca la hora de despedirse de ellos y quiere cuidarles hasta el final. De la reina Sofía se ha vuelto inseparable, de Juan Carlos por ahora continúa pensando que debería vivir fuera de España. No le traerá hasta que los médicos le comuniquen que no hay nada que hacer y que su final está muy cerca para que fallezca en un hospital de España.

Juan Carlos I ha tenido una salud muy delicada siempre, especialmente si atendemos a sus problemas de movilidad que arrastra desde hace más de una década. Habría que situarse en aquella famosa caída en Botswana que también fue el final de su reinado. Cazaba elefantes de forma ilegal acompañado de una de sus amantes, Corinna Larsen. Fue operado de la cadera y al salir del hospital reconoció sus culpas con la mítica frase “me he equivocado, no volverá a ocurrir”.
El emérito ha sido intervenido de cadera y rodillas en más de una decena de ocasiones, sin mucho éxito. A día de hoy se somete a tratamientos basados en la medicina regenerativa con células madre, pero debido al avance de su artrosis, los efectos son casi imperceptibles. El marido de la reina Sofía recibió hace un par de meses el peor diagnóstico, se quedará para siempre en una silla de ruedas. Ahora se apoya en su bastón y en sus escoltas.
Felipe VI, muy preocupado por heredar la enfermedad de su padre
Tal y como ha contado Pilar Eyre en su vídeo de YouTube, en el que habla del enfrentamiento judicial entre el emérito y Miguel Ángel Revilla, Juan Carlos I fue diagnosticado con la misma enfermedad que su madre, María de las Mercedes de Borbón y Orleans, el llamado “mal de huesos”. Ella también sufrió una artrosis muy fuerte que la dejó en silla de ruedas en los últimos años de su vida.
Felipe VI se cuida algo más que su padre, pero tienen mucho miedo de acabar exactamente igual porque el dolor que sufre el emérito es muy fuerte. A veces llora de dolor. Hace un par de años, el monarca se lesionó la muñeca izquierda jugando un partido de pádel con unos amigos en su tiempo libre. Durante varias semanas apareció en los actos institucionales con una férula en la mano. Sufrió una rotura del hueso escafoides. A medida que cumple años, sus huesos se vuelven mucho más delicados. Esto es por la enfermedad que habría heredado de su abuela paterna.
