Las facturas de Zarzuela espeluznan. La monarquía es una institución tan cara como inútil: los españolitos pagan a pachas más de 8 millones de euros al mantenimiento de la Corona, un dinero que Felipe, Letizia y la emérita Sofía se reparten barriendo para casa. Se han subido el sueldo un 2'5%, un incremento que resulta desvergonzado teniendo en cuenta que lo tienen todo pagado. Ni casa, ni coches, ni consumos, ni viajes, ni fondo de armario. Nada. Solo abonan el curso escolar de las niñas, carísimo por por otra parte, pero vete a saber. Los Borbones son maestros del trilerismo cuando toca sacar la cartera. Juan Carlos ha dejado huella en la familia. Todo se pega.
Si este bonus autoimpuesto resulta escandaloso, alucinarán con la partida extraordinaria destinada por Patrimonio Público a elementos decorativos de la Casa Real. Concretamente, flores de diferentes tipos y en cantidades enormes. Se acaba de firmar un contrato con una empresa valenciana por cerca de 40.000 euros como proveedor oficial de la monarquía, flores destinadas a las visitas de Jefes de Estado extranjeros y ocasiones señaladas, como recepciones y fastos diversos. 40.000 sí, una fortuna. Ya les va bien, porque hay mucha gente que considera a los Borbones como jarrones chinos caros y de poca utilidad. Ahora sabemos que, cuando menos, ponen flores en su interior. Ergo son floreros. De lujo, pero floreros.
El contrato de Casa Real con una empresa de flores, al descubierto: 40.000 euros por dos años
El digital Vozpópuli detalla el encargo del erario público a la empresa especializada en flores y plantas para los próximos 2 años. "3.000 crisantemos, más de 8.000 rosas y de 1.000 claveles", entre otros ejemplares. Con este volumen podrías imaginar que las cenas de gala de Zarzuela se parecen a un jardín botánico de fantasía, pero hay truco. Son flores muy especiales, son fantasmas. No las ha visto nadie, como a Iñaki Urdangarin entrando en la prisión de Brieva. Del enorme álbum fotográfico de la Casa Real durante este tipo de acontecimientos no encontramos ni una flor mustia y marchita. Las deben esconder bajo siete llaves o algo por el estilo. Las estancias royal siempre lucen de la misma manera: aburridas, pasadas de moda, feas y rancias.
¿Dónde están las flores de Zarzuela? Un caso digno de estudio
Que no, que no las encontramos por mucho que las buscamos, hasta debajo de las alfombras. Ni en la Pascua Militar, ni durante las visitas de mandatarios de otros países, ni siquiera el día internacional del clavel o el tulipán, si hubiera que celebrarlos. Cero. Pero eso sí, 40.000 machacantes más que se evaporan en caprichos de Zarzuela, aunque el contrato hable de "centros de flor y decoración ornamental de salones con 2.000 calas, 1.500 fresias, 1.250 hipericum, 1.000 peonias y 1.000 paniculatas". Un caso digno de Iker Jiménez o Sebastià D'Arbó, vaya: ¿dónde están las flores más caras y desconocidas del mundo? A la vista no, por descontado. La opacidad del universo borbónico no deja ver ni los bonitos pétalos de flores que supuestamente engalanan su día a día.
Un camino de rosas... y por la cara. Esto es la monarquía española.