Estefanía de Mónaco ha sido siempre una figura de gran importancia en las actividades del principado. Con su carácter cercano y su compromiso con causas sociales, ha sabido ganarse el cariño y respeto tanto de la familia real como de la ciudadanía. Su participación en actos oficiales y su compromiso con diversas causas la consolidaron como un pilar fundamental en la vida pública del pequeño estado. Recientemente, Estefanía de Mónaco tomó una decisión que sorprendió a muchos: anunciar su jubilación. La noticia, que llegó de manera inesperada, generó revuelo, especialmente porque siempre ha sido una miembro activo en la familia. Con todo el apoyo de Alberto II, quien ha expresado públicamente su respaldo, ella decidió dar un paso al costado en sus funciones oficiales.
En una entrevista con la revista Point de Vue, la hermana de Carolina de Mónaco explicó sus motivos con sinceridad y determinación. “Ya no le veo sentido a hablar de mí. Eso nunca ha sido lo mío. Tengo 60 años, siento que he dado suficiente y, sobre todo, he dicho todo lo que tenía que decir”, afirmó. Por si llegara a quedar alguna duda de sus intenciones, dijo: “a partir de ahora aspiro a algo más. Es hora de jubilarme, me lo merezco”. Sin embargo, también dejó en claro que, aunque se retira de ciertas actividades, no se alejará por completo, dejando abierta la puerta a seguir participando en causas solidarias que le son cercanas.
Así fue la nueva aparición de Estefanía de Mónaco
Como prueba de su promesa de dedicarle tiempo a temas acuciantes, su último movimiento demostró que su compromiso con las causas sociales continúa firme, reflejando su dedicación más allá de los roles oficiales. En días recientes, Estefanía se presentó en un evento dedicado a la lucha contra el sida, acompañada de su familia. La imagen fue emotiva y llena de significado: junto a su hermano, el príncipe Alberto, y sus hijos, lució radiante y en buena compañía. La reunión incluyó también a Camille Gottlieb, la pareja de Louis Ducruet. Aunque Pauline Ducruet se ausentó por tener otros compromisos profesionales.
La prensa y los asistentes fueron testigos de que se formó un sólido lazo familiar. En ese acto, la royal dio un discurso de agradecimiento, entabló conversaciones con los participantes, se tomó fotografías, se mostró accesible y, sobre todo, dejó una impresión de unidad y fortaleza. Los Grimaldi, vestidos en prendas en blanco y negro, transmitieron elegancia, sobriedad y compromiso total. Su presencia en esta congregación tan especial fue un gesto de gran valor, demostrando que, aunque se retire de ciertos roles oficiales, su influencia y apoyo en temas solidarios permanecen firmes.
Este regreso a la escena pública, en un momento tan significativo, refuerza la idea de que Estefanía de Mónaco sigue siendo una pieza clave en el entramado familiar y social del principado. Su decisión de jubilarse no significa un alejamiento absoluto, sino una reafirmación de su deseo de dedicar más tiempo a lo que realmente le importa, sin perder su esencia y dedicación con los demás.