Felipe VI y Letizia están a punto de cerrar su agenda de compromisos institucionales hasta el próximo curso. Como todos los españoles también se toman un merecido descanso, y es que este año sus agendas han estado cargados de actos, especialmente la del rey de España, que ha vivido su año más duro con actos solapándose. Al no estar presentes ninguna de sus dos hijas en Zarzuela, los dos han dedicado más tiempo a la corona. De esta forma tampoco tenían que pasar tanto tiempo juntos. Hace tiempo que los monarcas no tienen una gran relación. Su noviazgo se enfrió hace una década, pero especialmente cuando Jaime del Burgo rompió su silencio públicamente.
Según la versión del abogado, Letizia habría sido infiel a Felipe VI con él durante varios años, una supuesta infidelidad que habría sido el detonante de la relación. Desde entonces cada uno haría su vida, según Pilar Eyre serían un equipo de trabajo, habrían cesado la convivencia como Juan Carlos I y la reina Sofía, pero se mantendrían unidos por la corona. Todo sea por el futuro de sus dos hijas.
Letizia no quiere saber nada de los militares, desprecio
Esta vez han coincidido en un acto institucional por ellas. Era un día muy importante porque se reencontraban de nuevo con Leonor tras seis meses a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Como todos los años, los reyes entregaban en Marín los nuevos despachos a los que terminaban su formación.
Leonor también recibió una condecoración por parte de Felipe VI. Se ha aprobado en el Boletín Oficial del Estado que la princesa reciba la Gran Cruz al Mérito Naval con distintivo blanco. El monarca se ha mostrado muy cercano a todos los militares, ha recordado viejos tiempos, mientras que Letizia por su lado ha estado en todo momento al lado de la infanta Sofía cumpliendo con el protocolo, pero sin mostrar ningún ápice de interés más allá de la condecoración a su hija.
Letizia ha mostrado su rechazo a los militares y a la formación militar de Leonor, para ella era totalmente innecesaria. Los reyes terminaron discutiendo fuertemente porque a Felipe VI no le gustó la actitud pasiva que tuvo en todo momento la monarca, se lo echó en cara y terminaron subiendo los decibelios de su conversación que acabó en discusión acalorada. Los escoltas de Casa Real tuvieron que intervenir para que no se convirtiese en un circo y en la comidilla de los medios de comunicación. Deben mostrar una imagen
