La Familia Real de 2025 se tendría que sustentar en tres nombres: Felipe, Cristina y Elena. La segunda generación Borbón, la que ahora tiene entre 50 y 60 años, tendría que encabezar portadas, actos oficiales e imagen de la Casa, mientras los jóvenes se preparan para su momento. Así fue con la anterior generación: cuando Juan Carlos y Sofía reinaban, sus hijos de 18 años no pintaban nada. Pero los escándalos han quemado tanto a Zarzuela que los focos ya se giran hacia Leonor, la infanta Sofía y los primos Marichalar y Urdangarin. Porque Felipe tiene un matrimonio de pacotilla y las infantas se han divorciado con trapos sucios de cocaína, prisión, amantes e hijos caraduras. Pero todavía hay cierto margen para que los tres hermanos Borbón, los que han fracasado en imagen, ejerzan ya no como Familia Real pero sí como hermanos. El divorcio de Cristina ha reconciliado a Felipe con su hermana pequeña y Elena, la más Borbón de los tres, hace el papel que le encargan: testimonial. Pero según destapa Pilar Eyre en su blog de Lecturas, se reunieron en Zarzuela el viernes pasado para la "desangelada" celebración de los 60 años de Cristina. Con un papel fantasmal de la reina madre: Sofía de Grecia.
No existe ni una sola fotografía de los tres hermanos juntos desde hace años. Solo coinciden en bodas y funerales y a escondidas, sin lucir. Letizia detesta a sus cuñadas a las cuales culpa de menospreciarla y Felipe marcó una línea roja desde el caso Nóos echando a las hermanas de Zarzuela. Pero en la intimidad todavía son hermanos y Cristina sopló las 60 velas en privado, sin la pomposa reunión que hicieron todos los Borbones por los 60 de Elena para tapar el escándalo Del Burgo, La comida en Palacio solo contó con la presencia de los hermanos de la infanta Cristina, dos de los hijos, Miguel y Pablo que son los que viven en Madrid y Barcelona, y la reina madre, Sofía, a la que quieren proteger por su delicado estado de salud. Mientras Irene de Grecia, su hermana pequeña, muere víctima del Alzhéimer, Sofía se marchita y los tres hermanos han pactado una palabra prohibida en presencia de su madre. No pueden citar a Juan Carlos. Prohibido. A Sofía le hace demasiado daño.
Eyre sobre la reina emérita: "No solo le duele el pasado de su marido, aireado incesantemente por los medios de comunicación, sino su presente, ¿qué hace en Abu Dabi?, ¿con quién está?, ¿con la de siempre o con alguna nueva Intentando ayudarla a pasar este trago los tres hijos, Elena, Cristina y Felipe, se han confabulado para no hablar nunca del padre delante de su madre. Sofía no tiene nadie próximo que le informe, así que cada vez que oye el nombre de su marido tiende la oreja a ver si pilla algo. Así ocurrió en la desangelada fiesta de cumpleaños de la infanta Cristina la semana pasada, pero no hubo manera, la familia se cierra en banda y jamás hablan de Juan Carlos. Como me dice un amigo, “en estos momentos no hay una mujer más sola en España que la reina Sofía” Sus hijas la quieren, pero tienen más complicidad con su padre, se lo cuentan todo, se lo pasan mejor con él, cada día lo llaman varias veces para comentarle los más mínimos aspectos de su vida, cosa que no hacen con la madre". Sofía sola.
Sofía sufre el mal de cuidador, se consume viendo cómo Irene, tía Pecu, se apaga y ni reconoce a su hermana: "La emérita es una persona muy sensible y emotiva y en estos momentos está destrozada. Su gran preocupación es que su hermana se vaya cuando ella no esté delante, por eso prefiere cuidarla en casa, que ha convertido en un pequeño hospital con enfermeras turnándose día y noche. Irene no sufre, pero para Sofía es muy duro asistir día a día al deterioro imparable de su hermana pequeña. Pero llora en silencio porque así se lo enseñaron de niña. No es frialdad, sino dignidad. Para bien y para mal Sofía es la última de su raza". Juan Carlos, mientras tanto, sigue con amantes, vicios y riendo. Las enterrará a las dos.