El reciente testimonio de Jaime del Burgo ha dejado al descubierto una situación delicada. Según sus declaraciones, Letizia habría sido infiel a Felipe durante un largo período, siendo este el verdadero detonante de sus problemas matrimoniales que empezaron en 2013 y no la presión de Letizia para alejar a la infanta Cristina de la casa real, como se había dicho en su momento. La imagen de la reina se ve empañada por esta supuesta traición, sobre todo después de haber sido ella quien cuestionaba a Juan Carlos I por su comportamiento promiscuo y por sus escándalos financieros.
Esta revelación no es la primera de su tipo. Anteriormente se habían mencionado las presuntas infidelidades de Letizia, como cuanto tuvo una relación con Alonso Guerrero mientras trabajaba en México. Aunque intentaron dar un respiro a su relación, los conflictos y las llamadas persistentes de Alonso marcaron su tiempo juntos, según cuentan sus amistades cercanas.
Alonso Guerrero también fue engañado por la reina Letizia cuando estuvo en México
La juventud de Letizia estuvo marcada por su gusto por la vida nocturna y los encuentros casuales. Durante su estancia en México, se dice que tuvo numerosas relaciones efímeras. Sin embargo, hay un nombre que destaca entre los demás, una situación que la Casa Real prefirió mantener en secreto cuando se anunció su compromiso con Felipe.
Se especula que dicho hombre era su jefe en el periódico Siglo XXI. El testimonio de Jaime Peñafiel en su libro "Letizia y yo" revela una conversación con la esposa del amante de Letizia, quien relata cómo descubrió la aventura de su marido con la periodista español. "Soy la esposa del director de Siglo XXI, el periódico donde Letizia trabajó durante su estancia en Guadalajara en 1995", comenzó diciendo, en un relato en el que deslizó que Letizia había aprovechado la situación privilegiada del periodista en el medio para ascender en la empresa. Este hecho provocó el divorcio de la pareja y dejó al descubierto la relación clandestina de Letizia con un hombre casado.
Mientras tanto, el CNI, bajo las órdenes de Juan Carlos, se encargó de manejar discretamente la situación para evitar escándalos. Fue la organización la que negoció con las partes implicadas para mantener el secreto bajo llave. Una negociación compleja para proteger la imagen de Letizia y salvaguardar la estabilidad de la monarquía española en un momento crucial, y que todavía sigue abierta. La mujer asegura que todavía guarda pruebas de los hechos y que hay más de un medio interesado en sacarlas a la luz.