Cada semana, los aficionados pericos tienen una cita con el primer programa del Español hecho en un teatro. Así es como se presentan a ellos mismos los del programa Perico que vola, que cada semana conducen los periodistas David Recasens y Àlex Pérez desde el Eixample Teatre de Barcelona. La actualidad del conjunto blanquiazul presentada de manera irónica e irreverente, donde tienen cabida invitados pericos a explicar sus experiencias. Y este martes tuvieron a la maravillosa Chiqui Martí.

chiqui marti

Chiqui Martí / @pericoquevola

La mejor bailarina de danza erótica del país, artista perica y creadora del género strip-art, a quien hemos visto en numerosos programas, como aquel mítico Crónicas marcianas de Sardà, se sentó y explicó algunas de las situaciones curiosas que ha vivido mientras hacía su trabajo. Y una de ellas sorprendió, básicamente por quién fue el protagonista indirecto. Explica Martí que un día fue a hacer un striptease, y ya la habitación donde fue a cambiarse, la dejó con los ojos como naranjas: "Una habitación de la hostia y muchas fotos. Empiezo a mirar y a ver fotos de la reina, de las infantas, con tope de gente. Y yo: '¿Dónde estoy?'".

chiqui perico

Chiqui Martí / @pericoquevola

¿Qué pasó después? "Paso al salón, era una casa inmensa, y sacan a todas las chicas que había, A TODAS, y se quedan sólo los chicos, era una despedida de soltero. Pido una silla, bailo con ella, contacto cero".

Mientras hacía su número, sin embargo, y ante la mirada atentísima de todos los hombres, alucinó con quién vio detrás, escondidito: "Sobresalía uno que era muy alto... era el rey, que estaba detrás de todo de todo de todo para que no se lo viera, pero claro"...

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Felipe VI / GTRES

En plató, los ojos como naranjas. Uno de los presentadores teme por el matrimonio Borbón: "¿Quieres decir que si Letizia nos está viendo, puede haver...?". Pero Martí confiesa que fue hace muchos años, más de 20, y los reyes todavía no se conocían. Sí recuerda que se cargó la silla y la desazón que tuvo: "Ostras... me la he cargado. Me dijeron que no me preocupara, que había más. Y yo: 'Ya, pero esta debe ser de Alfonso II...".

Sublime. Chiqui Martí, maravillosa, como siempre. La silla no lo superó. Seguro que Felipe también se quedó impresionado con el número. Nos queda por saber si también se puso la corbata atada en la frente.