Desde su unión matrimonial, el romance entre Charlene Wittstock y el príncipe Alberto de Mónaco siempre ha estado envuelto en un manto de misterio y secretos. La reciente vuelta de Charlene al ojo público ha desencadenado una cascada de revelaciones desconcertantes que cuestionan la verdadera naturaleza de su matrimonio y el nacimiento de sus hijos.

La relación entre Charlene y Alberto no ha sido un cuento de hadas. Rumores persistentes apuntan a una ceremonia apresurada, donde la ex nadadora estuvo a punto de huir hasta en tres ocasiones, siendo detenida en el último momento por agentes de policía. Este matrimonio, según informes, nunca estuvo basado en el amor. Además, sorprendentemente, no han compartido intimidad alguna, ni siquiera durante su luna de miel. Ahora se ha desvelado que la procreación de sus hijos, Jacques y Gabriella, fue parte de un acuerdo contractual para asegurar la sucesión al trono, dejando al descubierto una falta total de conexión entre la pareja.

Concepción inusual

La prima de Charlene, Christa Mayrhofer-Dukor, ha destapado la falta de intimidad entre la pareja real monegasca. Según sus declaraciones, Charlene sufrió un aborto antes de concebir a los mellizos. “Sé que fue un momento muy difícil tanto para ella como para Alberto, que sufrió mucho por este tema. Incluso los dos llegaron a pensar que nunca más se quedaría embarazada y no podría dar un heredero a la Corona”, dijo. No obstante, la prima de la princesa consorte de Mónaco aún tenía una revelación más impactante por hacer. Según Christa, “Charlene se sometió a una fecundación in vitro un tiempo después, pero aún así tuvo que ser muy prudente durante todo el embarazo y correr riesgos”. Esto confirma que los niños, Jacques y Gabriella, fueron concebidos mediante fertilización in vitro, evidenciando la falta de intimidad en su matrimonio.

Especulaciones y rumores sobre la falta de intimidad en el matrimonio monegasco

Las razones detrás de la falta de relaciones íntimas entre el príncipe Alberto y su esposa Charlene tienen varias versiones. Una de ellas apunta a que Charlene se habría negado a tener intimidad con su marido, lo que habría llevado a buscar métodos alternativos para concebir. Otra teoría sugiere que la verdadera orientación sexual de Alberto podría haber impedido la intimidad con Charlene. Durante mucho tiempo, se han difundido rumores sobre una posible homosexualidad del príncipe monegasco, especialmente tras ser fotografiado abrazando a dos drag queens en el Festival Gay Escandinavo en 2003, lo que avivó las sospechas sobre sus preferencias sexuales. Además, testimonios como el de Victoria Zdrok en 2004, insinuando haber tenido un encuentro íntimo con el príncipe y otro amigo, también han alimentado estos rumores. Sin embargo, el príncipe ha negado categóricamente estas informaciones.

Las especulaciones sobre una profunda crisis en el matrimonio de Charlene y Alberto han sido notables. Se ha sugerido que en algún momento ella habría considerado dejar el palacio. Sin embargo, se dice que el príncipe no está dispuesto a concederle el divorcio y le habría comunicado que, en caso de separarse, ella perdería el contacto con sus hijos, quienes se quedarían en Mónaco mientras ella se mudaría a Suecia. También se rumorea que si Charlene opta por no hacer pública una ruptura y continúa con sus compromisos institucionales, Alberto estaría dispuesto a pagarle una suma considerable de dinero anualmente.