A sus 87 años, el rey emérito Juan Carlos I arrastra una larga lista de problemas de salud. A lo largo de los años, se ha sometido a más de diez operaciones en cadera y rodillas, y ha probado tratamientos con células madre, que lamentablemente no han surtido el efecto esperado. El pasado mes de marzo, Juan Carlos fue sometido a una intervención menor en el hospital La Tour de Ginebra, donde se le cambiaron las pilas del marcapasos. Aunque se trató de una operación sencilla, sin anestesia general, se aprovechó su estancia para realizarle pruebas complementarias. Y los resultados no fueron alentadores.

El padre del rey Felipe VI sufre artrosis severa que ha deteriorado significativamente la movilidad de su pierna izquierda. Su estado articular ha empeorado. Se le recomienda el uso permanente de una silla de ruedas.

Juan Carlos I
Juan Carlos I

El estado de salud de Juan Carlos I requiere un traslado inmediato

A esta situación se suma el hecho de que su residencia actual en Abu Dabi se ha vuelto inviable para su estado. Aunque allí dispone de atención médica de primer nivel y todas las comodidades, la necesidad de largos vuelos internacionales para desplazarse a España o Ginebra, junto con el intenso calor del verano, agrava su estado de salud. Y es que aunque allí tiene aire acondicionado a todas horas, necesita salir al exterior para no decaer aún más.

En este escenario, los expertos que le llevan han recomendado un traslado a un lugar más adecuado para su estado. Y el emérito ha aprovechado para que, además, esté cerca de Madrid. Aunque se valoró la opción de Ginebra, ciudad donde reside su hija Cristina, Portugal ha sido el destino elegido.

Joan Carles I a Sanxenxo / Gtres
Joan Carles I a Sanxenxo / Gtres

A menos de una hora de Madrid

Concretamente a Cascais, donde ya ha visitado dos propiedades con el objetivo de encontrar una vivienda adaptada a su nueva realidad: acceso sin barreras, temperaturas suaves y asistencia médica cercana. Además, en avión, en menos de una hora puede plantarse en Madrid.

Si todo va sobre lo previsto, el emérito ya podría cerrar el traslado en julio. Algo que celebra el propio Juan Carlos I y también sus hijas, las infantas Elena y Cristina. Ambas han estado presionando para acercar a su padre a España, bajo el pretexto de que si falleciera lejos de su patria sería un escándalo para la corona española y una humillación a su figura.