La princesa Carolina de Mónaco ha vuelto a ser el centro de todas las miradas, no solo por su elegancia habitual y su papel como embajadora cultural del Principado, sino por una sorprendente renovación estética: ha dejado atrás su característico pelo blanco para lucir ahora un tono rubio dorado que ha generado un fuerte impacto en las redes.
Durante su visita oficial a Cuba, donde fue recibida por el presidente Miguel Díaz-Canel en el Palacio de Convenciones de La Habana, Carolina de Hannover apareció con un look rejuvenecido que ha generado cientos de comentarios. La foto oficial difundida por la Presidencia de Cuba, en la que Díaz-Canel le entrega un ramo de flores, captó no solo un momento institucional, sino también el nuevo estilo de la princesa.

Parece que a Carolina de Mónaco no le pasan los años
A sus 68 años, Carolina había optado en los últimos tiempos por lucir su cabellera blanca, símbolo de madurez y naturalidad. Sin embargo, su decisión de volver al rubio, un color que le recuerda a sus años de juventud, ha sido interpretada como un gesto de renovación personal y un tributo a la belleza atemporal que siempre la ha definido. El resultado es espectacular: con este nuevo tono, no aparenta su edad, y ha demostrado una vez más que sigue siendo un ícono de estilo y sofisticación.
Más allá de la estética, la visita de la princesa a Cuba tiene un fuerte componente cultural. Carolina expresó su emoción por regresar a la isla, donde ya había estado hace una década. “En aquel momento establecimos lazos muy hermosos”, afirmó. La ocasión marca la segunda visita del Ballet de Montecarlo a La Habana, compañía que ella misma rescató hace 40 años para proyectar internacionalmente la imagen del Principado a través de la danza.

De visita institucional en Cuba
Durante su estancia, Carolina también visitó la Casa Guayasamín, donde donó un retrato que le realizó el famoso pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín. En su recorrido por el espacio cultural fue vista junto a Viengsay Valdés, directora general del Ballet Nacional de Cuba, quien también la acompañó en otras actividades oficiales.
La agenda incluyó el estreno de la obra Core Meu (Mi Corazón), interpretada por la compañía de danza monegasca. El espectáculo, inspirado en el Mediterráneo y con ritmos de tarantela italiana, fue dirigido por el coreógrafo Jean-Christophe Maillot.
Así, una vez más, Carolina de Mónaco muestra su compromiso con la cultura. Además del Ballet de Montecarlo, ha presidido instituciones como la Orquesta Filarmónica, la Ópera de Montecarlo, la Fundación Príncipe Pierre, el Festival de Arte Primaveral, el Montecarlo Garden Club y la Fundación Princesa Gracia, perpetuando el legado de su madre, la inolvidable Grace Kelly.