Zarzuela ha vuelto de Semana Santa como se marchó: dejando a Letizia por perdida. Toda España sabe que la reina tuvo una aventura extramatrimonial con su cuñado. Pusieron unos enormes cuernos sobre la corona de Felipe VI y la única incógnita es si eran cuernos consentidos o a escondidas. De cara a la opinión pública es irrelevante que los reyes pacten tener vidas sexuales separadas o si Letizia engañó a Felipe y el rey se enteró después por los servicios secretos. El hecho es el mismo: España ha aguantado 40 años una mentira, el falso matrimonio de Juan Carlos y Sofía, y ahora va camino de tener que tragarse el falso matrimonio de Felipe y Letizia. La diferencia es que ahora el amante lo explica, Jaime del Burgo, y que algunos medios se niegan a silenciarlo. Zarzuela es consciente y sigue una doble estrategia: arrinconar a Letizia y preparar a Leonor por si tiene que reinar antes de tiempo. Esta Pascua reaparecieron madre e hija en una procesión y avisaron a EFE, la agencia oficial de fotógrafos, para cubrir el acto. Las fotos hablan solas: quien parece la reina es Leonor:
El primer gesto ha sido crucial: suprimir la presencia de la Familia Real en Misa de Resurrección en la Catedral de Palma. Lo han justificado con una razón falsa: el alto coste económico de hacer volar a los Borbones de Madrid en Palma solo por una misa. La verdadera razón es que aquella misa fue el inicio del declive de la imagen de Letizia, cuando se enemistó en público con su suegra Sofía. Ahora los reyes y sus hijas aparecen en otro acto religioso, una procesión. Este año en la de Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo y del Paso del Santísimo Cristo Yacente de la calle Alcalá, en pleno centro de Madrid. Letizia, que es atea declarada, pasa por el aro de presenciar una procesión como quien ve folclore madrileño. Un mal menor para una reina en sus horas más oscuras. Para subrayar la irrelevancia de Letizia, Zarzuela se niega a darle ningún acto a presidir. La primera semana de abril solo aparecerá de comparsa del marido en premios de Cultura y Deporte en Cádiz y en El Pardo. Es decir, Letizia de florero y sin abrir la boca. Es el nuevo papel de la reina: o acompaña al rey o acompaña a la princesa. Su papel como reina es casi nulo. Leonor cada vez más adulta, cambiada y royal, eclipsando a Letizia a cada acto. Así lo destaca Hola, la biblia royal que mantiene castigada a Letizia sin darle ninguna portada desde el escándalo Del Burgo y ahora destacando el nuevo look de Leonor: boca nueva y teñida en la Academia Militar:
Leonor teñida a la procesión, EP
Escribe Hola: "Vimos que Leonor ya no lleva brackets. La heredera al trono ha finalizado su tratamiento de ortodoncia después de 2 años. Inicialmente, en verano de 2022, tenía un aparato de corrección y hace un año comenzó la segunda fase con unos brackets transparentes. Durante la salida familiar ha lucido la melena capeada y más corta que en sus últimas apariciones públicas. Además, el color es más oscuro que su rubio habitual y en la parte delantera tiene unos reflejos claros que aportan mucha luminosidad". La sonrisa ya es más nítida. Los dientes no son suyos pero ha superado el complejo de su enfermedad genética que le dejaba zonas de la boca desdentada. El cambio es notable:
El corte del pelo más corto y con reflejos, a pesar de vivir en una Academia Militar, y la boca nueva diseñan el futuro de imagen de la Corona, una princesa adulta, fotogénica, preparada y mucho más icónica que su madre, una Letizia cada día más gris, menos desenvuelta y menos protagonista. Era cuestión de tiempo que eso sucediera pero el asunto Del Brugo lo ha acelerado. Los 18 años de Leonor parecen 28. Se acerca su momento.