El rey Juan Carlos, desde que su hijo Felipe le enseñó la puerta de salida y le dijo que no era más bienvenido en Zarzuela, no para de insistir en que él es poco menos que un santo, alguien que no ha roto nunca un plato y que no ha hecho nada de nada. El Borbón no para de repetir en su entorno próximo que él no es responsable de todos los escándalos de los cuales se le acusa, que no entiende a santo de qué no puede volver a palacio y vivir allí lo que le quede de vida. Por eso, a la mínima que puede, coge el avión desde de Abu Dhabi o desde Bruselas y va hacia España para que sus palmeros le rían las gracias y le den golpecitos en la espalda. Especialmente a Sanxenxo, a Galicia, donde hay sus amigos íntimos principales con los cuales va de regatas y a ponerse las botas comiendo, cenando y brindando.

Juan Carlos, por mucho que insista a su hijo que le deje volver a España, no consigue convencer al actual monarca del país. Un Felipe que le dio la patada hace cinco años y que no solo no quiere que su padre manche la imagen de la corona todavía más de lo que lo ha hecho, y que eso afecte a su hija y heredera Leonor, sino que también resulta que está casado con una mujer que corta mucho el bacalao y que detesta a su suegro: la reina Letizia. Por mucho que el Borbón ha llamado a la puerta de Felipe, este no da su brazo a tocer y sigue sin permitir el retorno definitivo de Juan Carlos a Zarzuela. El próximo fin de semana, Juan Carlos tiene previsto volver a Sanxenxo. Pero no se tratará solo de un viaje de placer, sino que tiene una doble función: buscar casa. Fuentes próximas al monarca aseguran a Monarquís Constitucional que aprovechará el viaje para "ultimar detalles de cara a una posible nueva visita a Portugal, donde explorar posibles residencias fuera de España. El emérito estaría aprovechando los contactos informales y ha visto viviendas en Portugal para ver cuáles se pueden adaptar mejor a él”.

¿Cómo será esta residencia donde Juan Carlos vivirá los días que le queden de vida? Según la mencionada publicación, está mirando diferentes opciones por la costa portuguesa, por zonas como Cascais y Estoril, donde anteriormente ya vivieron algunos Borbones, y donde fue de joven. ¿Y cómo será esta casa?: "Estancias cómodas, pero sobre todo adaptadas a sus necesidades físicas actuales, es decir, que pueda moverse en un solo plano, sin escaleras ni ascensores, donde circule con facilidad la silla de ruedas que utiliza en privado por sus problemas de movilidad. Ubicada en una zona discreta, relativamente alejada, y en un entorno con altos estándares de seguridad, sin renunciar a la privacidad que ha priorizado desde su salida de España".