El matrimonio de los príncipes de Mónaco es como el de los reyes eméritos de España: nadie se lo cree. En el caso de Sofía, no se divorcia para mantener el estatus de reina. Ya perdió la Corona griega, no quiere morir habiendo perdido también la española. Y arrastra su imagen haciendo ver que consentía infidelidades por el bien de España. Y no, era por su bien. En Mónaco las cosas son diferentes, Charlene de Mónaco vive encerrada en una jaula de oro, la que pactó al casarse con el príncipe Alberto. Unas capitulaciones matrimoniales que eran más bien un contrato. Alberto lo único que tenía que hacer en su vida era reproducirse dentro del matrimonio, hacer herederos al Principado. Y buscó una chica alta, guapa, rubia y deportista, campeona de natación, que tuviera buena genética. Charlene se creyó que tendría una vida de princesa y firmó lo que ha acabado siendo una sentencia de muerte en vida. Ahora la prensa de los EE.UU. saca un nuevo capítulo.

Alberto Charlene Mónaco GTRES
Alberto y Charlene de Mónaco GTRES

Según el New York Post, Alberto y Charlene son solo pareja a las ceremonias oficiales y en realidad viven separados, ella tiene la residencia en Suiza. Así que el marido le ha exigido a su esposa un requisito cada vez que quiera hablar con él: pedir cita previa. Como si Charlene fuera al dentista o a hacerse la pedicura. Pero es su marido. Alberto la detesta por no acabar de acostumbrarse a las continuas vejaciones a las que la somete. Una de las más conocidas que publicó EN Blau fue el día que Alberto cumplió 65 años. Decidió apartar a Charlene de la tutela de sus hijos, Jacques y Gabriella, para el caso de que Alberto muera antes de que los gemelos sean adultos. Un clásico en las Coronas europeas es que en caso de divorcio, los hijos se quedan dentro de la Casa Real y no con el progenitor plebeyo, como tuvo que firmar Letizia. En Mónaco son más sádicos. Alberto desprecia a su mujer y ahora da un paso más con la cita previa. El diario de Nueva York añade más humillaciones.

Alberto Charlene Gabriella Jacques de Mónaco GTRES
Alberto, Charlene, Gabriella y Jacques de Mónaco GTRES

El diario recuerda que todo eso ha provocado problemas de salud mental en la princesa que se han reflejado en alarmantes problemas de pérdida de peso. A Charlene la hicieron ingresar en una clínica de rehabilitación por una enfermedad no revelada. Los tabloides publicaron que Alberto pagó a Charlene 12 millones de euros extra para evitar que ella se divorciara por esta enfermedad no revelada, causada por el estrés de su matrimonio farsa y de saberse no querida. Una foto publicada a finales de 2021 en una cuenta africana de Instagram, ella es de nacionalidad sudafricana, hizo temer por la vida de la princesa y dio pistas de qué enfermedad sufría, depresión y anorexia:

charlene de monaco cono el rey misuzulu ka zwelithini ig
Charlene con el rey Misuzulu ka Zwelithini IG
charlene de monaco desmejorada ig
Charlene de Mónaco anoréxica, IG

El encuentro con el rey Misuzulu kaZwelithini del reino Zulú mostró la adhesión de Charlene a la causa africana, que la hizo salir de su estado físico y mental muy delicado. Charlene sonreía a cámara como no lo hace en Mónaco, pero su rostro causaba alarma por el deterioro físico. No parecía la misma persona. Ahora está felizmente recuperada de la enfermedad pero el problema sigue. Y si no se divorcia es porque Alberto le habrá hecho firmar unas condiciones leoninas que la dejarían sin lo más preciado que tiene: sus hijos. Cuando sean mayores de edad, Charlene puede romper cadenas. Solo tiene que aguantar al siniestro Alberto diez años más. Si antes no toma una decisión demasiado drástica para acabar con todo.