La residencia de la familia real española, Zarzuela, ha sido testigo de una serie de revelaciones sobre el comportamiento de los familiares cercanos, incluidos los abusos de Telma Ortiz, hermana de la reina Letizia, y su novio, Robert Gavin. Según informes recientes, la pareja ha aprovechado la ‘generosidad’ de la monarquía española para disfrutar de lujosos banquetes, todo a cargo del dinero de Zarzuela.

Los informes sugieren que Telma Ortiz y Robert Gavin se han llevado comida en algunas ocasiones, como el típico bocadillo para cenar. Bocadillos que alguna vez incluso se han llegado a hacer de caviar de Beluga, un producto de lujo que cuesta aproximadamente unos 700 euros cada lata de 100 gramos, del que llegaban a gastar hasta 3 y 4 latas.

Telma Ortiz y Robert Gavin efe
Telma Ortiz y Robert Gavin efe

A Telma Ortiz y Robert Gavin se les acaba el chollo

Sin embargo, estas prácticas abusivas han llegado a su fin. Después del escándalo desatado por las revelaciones de Jaime del Burgo, la reina Letizia ha experimentado una notable pérdida de influencia, dejando a su familia en una posición de vulnerabilidad dentro de la residencia real. Estos lujos se suman a los que han aprovechad Paloma Rocasolano, madre de la reina Letizia, y su novio, Marcus Brandler, que también ha generado controversia en Zarzuela.

A diferencia de la reina emérita Sofía, cuya presencia se distribuye entre Zarzuela y su palacio personal cercano, Paloma Rocasolano ha pasado casi tanto tiempo en la residencia real como los propios reyes Felipe y Letizia. Según relatos de la periodista Pilar Eyre, la presencia de Paloma Rocasolano ha generado tensión con la reina Sofía, quien ha expresado su incomodidad por la constante presencia de Paloma en la residencia.

Paloma Rocasolano, la reina Sofía y Letizia
Paloma Rocasolano, la reina Sofía y Letizia

Paloma Rocasolano y su novio también se han aprovechado de la generosidad de Zarzuela

Aunque Paloma ha desempeñado un papel importante como figura materna para las niñas, su excesiva presencia en Zarzuela ha derivado en privilegios que en ocasiones han acabado en abusos de confianza. Paloma y su novio se han beneficiado de los servicios del palacio de Zarzuela, utilizando la lavandería para sus trajes y llevándose a casa fiambreras con comida de la residencia real. Incluso llegaron a pedir comida a domicilio procedente de Zarzuela durante la pandemia con la excusa de que no podía salir de casa.

Sin embargo, estas prácticas abusivas han llegado a su fin. Después del escándalo desatado por las revelaciones de Jaime del Burgo, la reina Letizia ha experimentado una notable pérdida de influencia, dejando a su familia en una posición de vulnerabilidad dentro de la residencia real.