Al igual que Letizia, Paloma Rocasolano y Telma Ortiz también tienen interés en mantenerse saludables. Desde que su hija se convirtió en princesa, la vida de toda la familia ha cambiado completamente. La abuela de Leonor y Sofía ha dejado de pasar tiempo en la playa de Benidorm con su sombrilla, silla y nevera para los bocadillos y bebidas. Ahora se muestra más elegante y reservada. A menudo se la puede ver dando paseos por el centro de Madrid con su pareja, Marcus Brandler, o su hija, Telma Ortiz.
Uno de los lugares que frecuenta es una tienda ubicada en la concurrida calle Serrano, en el exclusivo barrio de Salamanca. Se trata de un establecimiento de gadgets y productos cosméticos de lujo, que no todos pueden costear. Ofrecen cosméticos de alta gama para el cuidado de la piel.
Telma Ortiz se instala en Madrid y se aprovecha de su hermana Letizia
Como el resto de la familia, Telma Ortiz ya vive en Madrid y es una más. Otra Ortiz Rocasolano con los aires demasiado subidos, así la definen en las tiendas que la conocen bastante bien. Se desenvuelve con naturalidad por la Milla de Oro de Madrid, ubicada en el opulento barrio de Salamanca. Se codea con la alta sociedad en los restaurantes de moda de la capital y frecuenta las boutiques más exclusivas, no escatimando en tratamientos estéticos que buscan rejuvenecer su piel.
Las comodidades y privilegios que disfruta Telma Ortiz derivan en gran medida de su conexión filial con la realeza. No solo se jacta de ser la madre de la reina de España, sino que también acompaña a Letizia en eventos donde puede sacar provecho de la situación.
Cada dos semanas, Letizia asiste al evento de exhibición organizado por Carolina Herrera en Madrid, ubicado en la calle Claudio Coello. En esta ocasión, Telma Ortiz la acompaña, esperando con anticipación este día y ajustando su agenda para aprovechar la oportunidad de obtener ropa sin costo alguno. La reconocida escritora Pilar Eyre, en su columna en Lecturas, describe cómo las hermanas seleccionan con entusiasmo prendas de la colección presentada por el personal de la tienda, que ya está familiarizado con sus preferencias. Se les ofrece una variedad de prendas cuidadosamente escogidas, mayormente en talla 36, la más pequeña disponible. La participación activa de Telma Ortiz en la selección de prendas refuerza esta dinámica, ambas llevándose las que más les gustan.
El vestuario de Telma Ortiz destaca por su distinción, exhibiendo marcas prestigiosas y de alto valor. La jubilada comparte las mismas marcas de moda que su hija, además de contar con la asesoría de un estilista que realza su atractivo visual.
Telma Ortiz suele aprovechar su parentesco para obtener beneficios sin costo alguno. Al entrar en tiendas, menciona su relación con la reina para recibir un trato preferencial e incluso obtener artículos sin pagar. Su reconocimiento es tal que en algunos lugares le han prohibido la entrada.