Els polítics també tenen cabuda en la crònica rosa quan un dirigent es casa, com Marian Rajoy, té fills com el president Aragonès o com ha succeït ara, es divorcia. No és habitual que un alt dirigent polític se separi de la seva dona. Els presidents de la Generalitat tots han estat casats i sense ruptures, i els del Govern d'Espanya només Felipe González es va divorciar de Carmen Romero. La resta són estables en les seves relacions perquè les dones dels polítics estan fetes d'una determinada pasta. Han de suportar que el seu cònjuge estigui sempre connectat a l'actualitat, rebi atacs furibunds i no pari gaire per casa. Potser per això les parelles són sòlides. El polític que s'acaba de divorciar és de Podemos, Pablo Echenique. La seva dona, la veneçolana María Nelo n'ha explicat les causes a una entrevista a The Objective. Té 43 anys, i Echenique 47.
Diu María: "La relación no es la que era. Además, la vida al lado de un político no es sencilla, porque Pablo, por ejemplo, es una persona muy entregada a su trabajo. Cuando le dije que me divorciaba se puso triste. Y no, creo que no se lo esperaba para nada". Li pregunten si el fet que Pablo vagi en cadira de rodes ha estat determinant: "Tras tantos años de cuidados, en los que tienes que estar muy pendiente de esa persona, sí que me preocupaba dejarle un poco desamparado. Pero a la vez, pensando en mí y siendo egoísta, también sentía que necesitaba más libertad. Ya era hora de pensar en mí después de tantos años dedicada a atenderlo. Haberle asistido durante tanto tiempo ha mermado un poco nuestro amor, un poco sí, porque agota físicamente y requiere estar muy bien anímicamente para darlo todo".
La dona d'Echenique també té un problema de salut mental: "Tengo ansiedad social. La tengo bastante controlada con la medicación. Ya puedo quedar, como ves, y la verdad es que no me afecta. Aunque a pesar de eso tengo que cuidarme mucho. Ha habido un avance grande; ahora estoy bastante estable. Además de ansiedad social tengo psicosis aguda, y si no tomase la medicación tendría alucinaciones todo el tiempo; estaría desconectada del mundo". Explica un brot psicòtic que va patir: "Sí, sí. Pues, hace años —cuando ya vivía con Pablo— en una de mis alucinaciones salí desnuda a la calle. Pensaba que Dios me había elegido y entonces tenía que irme de casa porque ya se había acabado el mundo, no quedaba nada, y me tenía que liberar de todo. Así que me quité la ropa y salí —lo que más me costó fue dejar a los perritos—. Y nada, hasta que la Policía me paró. Se portaron superbien, me cubrieron con una manta térmica, llamaron a la ambulancia y me llevaron al hospital de La Princesa. Y lograron identificarme por los tatuajes".
Una ruptura sentida. No tenen fills però hauran de repartir-se qui es queda amb els gossos. Una llàstima.
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