El Barça té mala sort fitxant francesos molt dolents o barruts: Dembelé, Griezmann, Lenglet, Umtiti, Mathieu, Déhu, Dugarry o el porter Dutruel. Només se salven el millor, Thierry Henry, Koundé, Abidal i Giuly. Hi havia un migcampista francès, Emmanuel Petit que quan Joan Gaspart el va fitxar ja sabíem que ens aixecaven la camisa. Es va gastar els deu mil milions de pessetes que Florentino va haver de pagar per endur-se Luis Figo en dues toies de l'Arsenal: Overmars i Petit. Van fracassar amb mala gana. Ara resulta que Petit, que coneix bé Catalunya, ha vomitat catalanofòbia a la seva autobiografia. Fa fàstic de llegir.

Petit titula el capítol així: "Barcelona, para mi desgracia" i el text és encara més repugnant: "Cuando entré por primera vez la mayoría ni me prestó atención, ni me saludaron. Había tres clanes: catalanes, holandeses y el resto. Adiós a la unidad. Tan pronto como llegué al Barcelona la gente me decía "no intentes aprender castellano, tienes que aprender catalán'. Y yo les decía: ¿Estoy en España, ¿no?. Y ellos respondían: 'No. Estás en Catalunya'. Entiendo que se sientan identificados con eso, pero eso está muy cerca del racismo. Hablamos de fútbol, no de política ni religión. No me gustó nada la situación en el vestuario y luego esta manera constante de obligarme a hablar en catalán, aunque sé que seguro que hará saltar a los catalanes, pero el Barcelona sigue en España y yo en realidad no lo entendía. Puedo entender las demandas de esta gente, pero no puedes obligarme a hacer este tipo de cosas".

Els mitjans ultraespanyolistes com Libertad digital s'han fet ressò de les paraules de l'exjugador de 54 anys insultant els culers: "Del mismo modo que le ocurrió a Petit, futbolistas que han vestido y visten la camiseta del FC Barcelona como David Villa, Marc Casadó o Ferrán Torres han sufrido duros ataques por sentirse españoles. Por lo que la confesión de Petit no descubre nada nuevo sino que expone aún más el racismo del separatismo catalán y del Fútbol Club Barcelona". El ximple útil de Petit diu que se sentia sol, un francès a Barcelona: "Fue realmente muy complicado porque estaba solo todo el tiempo y no había casi nadie del club que viniera a verme, nadie que intentara averiguar si había manera de arreglar ciertas cosas. Llegué en un mal momento. Había una guerra en el vestuario entre jugadores catalanes y holandeses". Petit, amb llarga cua, el que tenia petit era el cervell.
Segueix ElNacional.cat a WhatsApp, hi trobaràs tota l'actualitat, en un clic!