Catalunya es el principal problema para el crecimiento económico de toda España. Así lo expone el Banco de España en su informe semestral, que pone el foco en la crisis política entre Catalunya y el gobierno del PP como la "principal incertidumbre en el momento actual".

La peor de las previsiones es que "en el escenario de tensionamiento más severo y prolongado, el PIB se reduciría en términos acumulados algo más de 2,5 puntos entre finales de 2017 y 2019", hecho que representa que el crecimiento económico en toda España se pueda llegar a reducir hasta un 60%. 

Según el informe, no solo Catalunya vería como su economía quedaría afectada sufriendo "una recesión de la economía durante buena parte del horizonte analizado", sino que también toda España sufriría costes económicos porque, entre muchos otros factores, "los mercados financieros españoles están expuestos, además de a los factores de riesgo globales, a otros específicos y, en particular, a los relacionados con las tensiones políticas en Catalunya".

Aunque no quiere dar esas cifras por correctas porque "dependen de los supuestos realizados a la hora de construir los diferentes escenarios", el Banco de España admite que con estas estimaciones "permiten evidenciar los significativos riesgos y costes económicos de la situación provocada por las iniciativas independentistas en Catalunya".

Mitigar la incidencia

Ahora bien. El Banco de España prueba de calmar los ánimos de empresarios, inversores y ciudadanía poniendo encima de la mesa que "la pronta normalización de esta situación podría mitigar la incidencia de los riesgos para la economía analizados" porque ya han podido observar, después de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, "una cierta moderación en el grado de tensionamiento implícito en los precios de los activos financieros, coincidiendo con la adopción".

Precisamente en este sentido, aseguran que, si de lo contrario, se intensifica o se prolonga la situación "podría tener un impacto negativo sobre las perspectivas económicas y la estabilidad financiera en España" porque una incertidumbre prolongada "podría deteriorar la confianza de los agentes económicos y, por esta vía, afectar a sus decisiones de gasto e inversión con el consiguiente impacto negativo sobre la actividad económica y el empleo".

Y no solo eso. "Los problemas de confianza podrían propiciar un endurecimiento de las condiciones de financiación para el conjunto de sectores residentes" y eso puede acabar desembocando en "un menor nivel de actividad" y, por lo tanto, de "empleo en los próximos meses".

Pero recuerdan (y reconocen) que los efectos económicos de los días —y semanas— anteriores "han sido visibles sobre todo en el ámbito de los mercados financieros, donde, desde principios de octubre, se ha producido un cierto aumento de la volatilidad en los mercados bursátiles".

Repercusión geopolítica

La situación política en Catalunya se suma a dos factores de riesgo para la estabilidad del sistema financiero español —siempre según el informe citado—, que son la "persistencia del entorno actual de baja rentabilidad bancaria" y el "ajuste brusco en las condiciones de los mercados financieros internacionales por acontecimientos de naturaleza geopolítica". 

Esa es, ahora, la mayor preocupación del Banco de España, que advierte sobre la "tensión política en Catalunya y sus eventuales repercusiones sobre las condiciones de financiación en los mercados de capitales y sobre el conjunto de la economía española".

Y esto se ha ejemplificado en el hecho de que "los mercados financieros españoles han presentado una evolución comparativamente menos favorable, en parte como consecuencia de la incertidumbre generada por las tensiones políticas en Catalunya".

Y es que esta situación de incertidumbre, sostiene, "podría afectar a la confianza, a la percepción del riesgo y a las decisiones de consumo e inversión de los agentes económicos nacionales, así como propiciar un endurecimiento de las condiciones de financiación, con efectos económicos y financieros potencialmente significativos".

 

De hecho, el organismo bancario ya avisó en septiembre de que "las tensiones políticas en Catalunya podrían afectar eventualmente a la confianza de los agentes y a sus decisiones de gasto y condiciones de financiación" y, además, advirtió de los posibles efectos que podría ocasionar esta situación como "una revisión de las decisiones de consumo, inversión y financiación de los agentes económicos, con efectos potencialmente significativos sobre el crecimiento económico y la estabilidad financiera".