El pasado fin de semana un presunto "soldado" de Daesh apuñaló a nueve personas en un centro comercial de St. Cloud, en Minessota.

Ahora un restaurante familiar del mismo estado ha querido dar su particular "respuesta" a los hechos, a partir de la prohibición a cualquier musulmán de entrar dentro del negocio.

El cartel del Treats Family Restaurant, situado a unas dos horas en coche del centro comercial donde tuvo lugar el ataque terrorista, lo dice claro: "Musulmanes, marchaos".

La cuestión no ha quedado en eso. El propietario del restaurante, Dan Ruedinger, ha querido hacer unas declaraciones en el diario local Lonsdale News-Review para afirmar que "ya he tenido suficiente y me quiero rebelar".

¿Así, añade, "con todas las bombas y los tiros que hemos recibido, se supone que tenemos que acoger a los refugiados que quieren matarnos? Eso no tiene nada que ver con la raza, tiene que ver con una religión de odio que predica la violencia".

Imagen: Lori Nickel

Para 'arreglar' la cosa, el propietario -que se encontró con una pequeña concentración contra el racismo delante del restaurante- acaba diciendo que "algunos musulmanes son buenas personas y quieren una vida mejor. Estos son los que necesitan dar un paso adelante y coger el control".

En la práctica, por el contrario, no aplica para nada lo que dice, ya que el cartel que él mismo ha puesto en su restaurante advierte claramente que no acepta la entrada de ningún musulmán.