El mundo del fútbol está lleno de tópicos: La ropa sucia se lava en casa, Lo que pasa dentro de un vestuario se queda en el vestuario o No hay rival pequeño son tres ejemplos de frases manidas y repetidas como un mantra cuando se trata de hablar de este deporte. Y una sola foto ha aglutinado la esencia de lo mejor de cada una: ropa sucia, vestuario y pequeño. Una imagen donde se ve a Cristiano Ronaldo con un jugador de la cantera del Milan, Raoul Bellanova, en las puertas del vestuario de la Juventus, después de que éste quisiera hacerse una foto con uno de sus ídolos, a pesar de jugar en equipos rivales.

cr7 y milan2

@PlanetaMilan

Si no quedan cegados por el six-pack de Cristiano, la foto ha generado infinidad de comentarios por dos detalles que a simple vista pasan un poco desapercibidos. Por una parte, el protagonista colateral que aparece tras los dos futbolistas en primer término: el defensa central de la Juventus, Giorgio Chiellini, camino de la ducha y absorto en sus pensamientos post-partido.

pito chiellini

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El capitán bianconero, nacido en Pisa, luce su anatomía sin ser consciente de que su torre inclinada quedaba expuesta delante de los ojos del objetivo y se viralizaba en pocos minutos, a pesar de los intentos de Bellanova de borrar rápidamente la publicación de sus redes sociales. No es el único detalle escondido. El otro lo encontramos en lo que lleva Cristiano Ronaldo. Como dice la frase hecha, que el árbol no nos impida ver el bosque, cogiendo por "árbol" el miembro de Chiellini y por "bosque" los calzoncillos del portugués. Fíjense en su ropa interior:

gallumbos cr7

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La goma de la ropa interior de CR7 sobresale por encima de los pantalones y se puede leer que lleva escrito a bolígrafo sus iniciales y su número característico.

Hay quien se sorprende también, que alguien que vende una marca de ropa interior con sus siglas, CR7 Underwear, lleve unos calzoncillos de la marca Uomo en lugar de los suyos.

La Juventus va con paso firme al frente de la Serie A italiana. Seguro que en el Milan pensaron que la mejor manera de desestabilizar a su rival era enviando a Bellanova a alborotar el vestuario del equipo turinés.