TOLERANCIA CERO con el racismo. Y con la homofobia. Y con el machismo. Y con los insultos indiscriminados, este tipo de barra libre donde estamos instalados de manera normalizada. En el mundo del fútbol. Pero también, en la sociedad. Tiene toda la razón Xavi Hernández cuándo dice que "El fútbol es el único deporte en el que se insulta. Estoy trabajando en el banquillo y me llaman hijo de tal... y estoy trabajando. No veo a ningún panadero, maestro u obrero pasar por esto. Es momento de pararlo. Insulto, fuera, no se juega, nos vamos para casa. Es un mensaje para LaLiga o la Federación. Hay que frenar todo esto. No tengo que aguantar un insulto... Insulta a un obrero, te va a caer un ladrillo en la cabeza. No tengo que aguantar en horario laboral insultos, desfachateces... Hay que reunirse y ponerse duros. No se va a insultar a un estadio. No voy a una obra de teatro a insultar. No es positivo para la sociedad. Lo hemos de cambiar", ha dicho el entrenador del Barça a raíz de los lamentables insultos racistas por parte de unos impresentables seguidores del Valencia al jugador del Real Madrid, Vinicius.

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Vinicius / LaLiga

Después de lo que todo el país vio el domingo, después de lo que vivió en Mestalla el jugador del Madrid, toda España habla de lo mismo. Hay que acabar de una vez por todas con esta lacra, y por extensión, se tendría que acabar de una vez por todas con cualquier tipo de descalificativos que se oyen especialmente en las gradas de los estadios. Insultos, agresiones verbales y cánticos vomitivos. Por el color de la piel, pero no solo. A Guardiola le llamaron de "hijo de p***" para arriba, con insinuaciones homófobas, en la grada del Bernabéu en el partido contra el City, por buena parte de los aficionados que ahora se han puesto las manos a la cabeza (con razón) cuando han visto los insultos racistas a su jugador.

Denuncia selectiva, dice este usuario de manera acertada. Y es que los gritos racistas contra Vinicius han abierto una derivada interesante, sobre la repercusión mediática que se hacen a unos cánticos o a otros, o como los asume la sociedad. Es intolerable que a Vinicius le llamen "mono". Como lo es también que a Guardiola le digan lo que le dijeron. Pero en algunos casos, según qué cánticos son recibidos con jijijaja por parte de la sociedad, en función de quien sea el destinatario. Y eso es lo que ha denunciado el presentador del programa Onze de TV3, Xavier Valls.

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'Onze' / TV3

Solo empezar el programa, Valls, solo faltaría, hace una denuncia pública de lo que le ha pasado a Vinicius en el campo del Valencia. Pero añade una reflexión importante, dejando encima de la mesa que no es casualidad lo que se ha vivido ahora, porque "de aquellos polvos, estos lodos. El día que se normalizó el 'A por ellos', animando a gente uniformada a atizar a ciudadanos pacíficos, se dio carta de naturaleza a los delitos de odio. Y uno de los más execrables es el racismo, que es una de las marcas de fábrica del fascismo. Ojalá el caso Vinicius sirva para acabar con esta lacra, pero ver como algunos de los que ahora se rasgan las vestiduras son los mismos que llevan tiempo blanqueando y dando tribuna al discurso de la intolerancia hace pensar que no es suficiente con señalar a los cuatro tarambanas de los campos de fútbol". Impresionante, haciendo referencia a los guardias civiles que vinieron a Catalunya en octubre de hace seis años:

Un editorial que no ha dejado indiferente a nadie. Muchos se le han lanzado a la yugular. Otros, aplaudiendo con las orejas. Solo hace falta echar un vistazo por la red para comprobar cómo muchos están de acuerdo con él y otros profundamente en contra, criticándole que ponga como el inicio de todo a lo que pasó durante el procés, cuando, dicen algunos, la cosa viene de lejos. Sin duda, sin embargo, lo que no le pueden quitar a Valls es que no es la primera ni será la última vez que alborotará al personal al inicio de su programa. Por mucho que se lo reprochen, seguirá haciéndolo.